domingo, 28 de marzo de 2010

Dilucidaciones


Capas sobre capas de pensamiento académico intentan dilucidar un poema ataviado a su contexto, algo que significó jardines y crepúsculos y bosquejos de sombra, para la misma sombra que bosquejó crepúsculos en un jardín.
Cáscaras para las corazas del intelecto…
(estas cosas las escribo a partir de hechos dispares, la pantalla no refleja las negras manchas del pensamiento en estas temblorosas hojas) sin embargo, ya lo decía Oscar Wilde, no habría obra si no fuera por el crítico destinado a descubrirla, a decodificarla, a desentrañarla, para luego ofrecer esa nimiedad a lectores ávidos de nuevas lucubraciones.
Y lo que a veces el lector hace es interpretar una interpretación.
Mejor nos sería aprender un idioma para leer sin intermediarios ¿Cómo traducir a Oliverio Girondo? Mientas tanto buceemos en nuestra propia lengua, y que las esclusas se abran, sin que perdamos con el acto nuestra capacidad de asombro.

jueves, 25 de marzo de 2010

Sobre la palabra y el significado

En el poema “ Ab ovo”, Joseph Brodsky, premio Novel 1987, escribe:

En última instancia, debería haber un idioma donde la palabra “huevo” se redujese a una O. Los que más se aproximan a eso son los italianos con su “uova”…

El poeta tal vez nos hable de experimentar con la escritura, como el amor, que según Rimbaud, había que “reinventarlo”.

Llegará el día que la humanidad se comunique solo con imágenes. Un lenguaje de imágenes.

O que volvamos siglos atrás, cuando la gestualidad antecedió a la palabra, y fuera con los gestos que la gente primitivamente se comunicaba.

Esto que hacemos con la palabra, este feliz entrecruzamiento ¿es limitado?

Solo puedo divagar calladamente, porque corro el riesgo de “interpretar”, extrapolando un verso fuera de contexto.

Por eso, mejor termino mi café, y me disculpo por la intromisión…


miércoles, 24 de marzo de 2010

24 de marzo


Así que has vuelto.
Como si hubiera pasado nada.
Como si el campo de concentración, no.
Como si hace 23 años
que no escucho tu voz ni te veo.
Han vuelto el oso verde, tu
sobretodo larguísimo y yo
padre de entonces.
Hemos vuelto a tu Hijar incesante
en estos hierros que nunca terminan.
¿Ya nunca cesarán?
Ya nunca cesarás de cesar.
Vuelves y vuelves
y te tengo que explicar que estás muerto.


“Regresos” de Juan Gelman

Creo que es el mejor modo de simbolizar esta fecha.
Pienso en los arrancados, y que la palabra a veces no puede representarse.
No puede abarcar tanto mar y tanta sombra, no puede explicar nada.
Arrojar poemas al viento es un débil consuelo contra las bestias del olvido.
La memoria ahí anda, en una esquina cualquiera, reclamando.
El tiempo torna visible lo que vuelve a empezar.

viernes, 19 de marzo de 2010

El perímetro de lo creado

Todo concepto tiene un perímetro irregular, definido por la cifra de sus componentes

Gilles Deleuze

Desde su abstracción, una idea representa una unidad de conocimiento, resulta una construcción desde donde comprendemos experiencias propias de la interacción con nuestro entorno. Intuyo que interpretar el pensamiento de Deleuze genera una usina de creatividad para músicos, pintores y poetas.

El perímetro irregular del que habla el autor parecería, en apariencia, ilimitado dentro de su propia contextualización (ejes invariables vinculados por una entidad subjetiva)

“el concepto es el perímetro, la configuración, la constelación de un acontecimiento futuro”. Estimo que cuando surge el poema se advierte, en lo no pensado del pensamiento, el fulgor apagado del horizonte, algo que tal vez inconscientemente el poeta logrará completar. Pero veamos esto:

se puede decir que el plano de inmanencia es a la vez lo que tiene que ser pensado y lo que no puede ser pensado. Podría ser lo no pensado del pensamiento”.

¿de estos hierbajos no están constituidos los jardines del poema?

 Ir detrás de lo que se piensa, o tal vez más, ir detrás de la antelación de lo gestado, donde emerge lo que activa todo principio de creación, impulsos de la mácula-útero o simiente, desde donde el poema converge.

No se trata de ubicar en un margen la periferia de lo no pensado, como si nos fuera inevitable desechar imágenes o dispares simbologías, sino que esas ramificaciones invisibles implican, en sí mismas, el nodo básico desde donde emergerá el pensamiento en tanto dilucidado, consciente, verbalizado de aquello destinado a hurgar en los vórtices para devolver mendrugos propios de un absoluto, que no mitigarán la profunda desdicha del poeta ante un torrente imposible de ser perpetuado y salvaguardado.

El perímetro del concepto, donde nace y se expande la idea, tiene su centro neurálgico en el cerebro, el estado mental del creador.

Alguien podrá probar, consciente de ese estado, que el perímetro existe en nuestra propia representación, pero sin pruebas empíricas que constaten su existencia, necesitamos de su arquitectura, la probabilidad “física” de su sentido abstracto, pero todo acto de creación poética, en sí mismo, resultaría ilimitado, y tal vez el perímetro, o lo inevitable de su idea, resulte necesario para otorgar contexto a una inferencia basada en literatura.

Imaginemos una idea que declina, el perímetro se va cerrando, pero el concepto guarda la materia, o tiene esencias de sus componentes primarios, esto no es más que una divagación provocada por una intervención criptográfica.

Después de todo, siempre habrá razones para nadar de noche en un estanque poblado de estrellas.


domingo, 14 de marzo de 2010

El amor nos va a separar...

Cuando la rutina muerde con fuerza y las ambiciones son escasas

Y el rencor tiene altos vuelos pero las emociones no crecen

Y cambiamos nuestras costumbres, tomando caminos diferentes

Entonces el amor, el amor nos separará de nuevo…”

Ian Curtis

Ya pasaron 30 años desde que Ian Curtis, figura emblemática del post-punk inglés, se suicidara dejando atrás una historia de oscuro romanticismo al frente de una de las bandas que más influenciaron la escena del rock, en aquella Manchester sin árboles, autodeclarada división de la felicidad:

Joy División.

Solía ir con un amigo a escuchar a “Homenaje a Joy División” en la Buenos Aires de fines de los 80, nunca antes peregriné tanto por una banda de rock, porque lo que hacían Ernesto Castro (cantante) y compañía, era algo más que respetar una versión original. Vaya a saberse los destinos de cada uno…

Lo cierto es que me acerqué como pocas veces a la poética de un músico de Rock, tendríamos que ir a Jim Morrison para establecer un paralelo, pero la dolorosa introspección de Ian Curtis inquietó oscuramente aquellos tempranos días.

Siempre fui de considerar que algunas letras de canciones representan poemas mutilados, en cambio en las escrituras de Ian Curtis se advierte un doliente contexto que no prescinde del entramado necesario para corresponder a la métrica musical.

 El amor nos va a separar” decía Ian Curtis en Love will tear us apart, acaso un himno de su generación, días después el hombre bebía whisky mientras una cuerda se hilaba a sí misma.

Yo habité, como tantos, la mansedumbre y la melancolía de un tiempo que se agotaba, es probable que la música de Joy Division (y tal vez deba decir, de las versiones de Homenaje a Joy División) hayan evidenciado ese fin de la inocencia, eso que simplemente se nos estaba escurriendo como arena entre los dedos, era como si nos estuvieran diciendo “este sueño terminará pronto, y después de esto no habrá nada”.

Ian Curtis escribió “yo existo en la mejor forma que puedo, el pasado es ahora parte de mi futuro, el presente se me ha ido de las manos”.

Tardamos un tiempo en volvernos a ver con aquel amigo de siempre, Homenaje no volvió a tocar en vivo, los bares dejaron de ser frecuentados pero la música perduró, como un escrito en la piedra.

Después de todo, la existencia ¿Qué importancia tiene?.


lunes, 8 de marzo de 2010

Crear dentro de una estructura


He tratado de entender que la noción de libertad no depende de los límites conscientes de una estructura. Que podemos estar dentro de ella y perfectamente sentirnos libres. Para quienes tienen las suelas de viento, corroborar tal clarividencia quizás resulte problemático. Pensemos en los que caminan sin mirar atrás, simplemente por querer dejar un pasado en algún recóndito quieto del alma, o en aquellos que siempre ven un mar cuando solo hay edificios con artritis en las paredes y canillas rotas que arrojan agua con escrúpulos.
Cada uno de ellos tiene, en su sistema de pensamiento, un candado en la conciencia. Algunos fingen no saberlo.

Incluirnos en un sistema, sea tal vez la más perturbadora de nuestras acciones, es un modo de indagar en los vericuetos, para aproximarnos a un conocimiento interior, aquel que un alma azorada debe soslayar para poder ver.

Crear dentro de estructuras sea tal vez nuestro desanimado designio.
Asaltar un espacio que nos pertenece, agregarle rayas y promontorios, figuras y ecuaciones. Configurarle una cosmogonía. Escuchar colores. Pintar sonidos. Escribir imágenes.
Cuando alcancemos la verdad no habrá nada del otro lado.
No habrá materia. No habrá espacio. No habrá tiempo. Solo el poema creado.
Crear nos hará libres. Condenadamente libres.

viernes, 5 de marzo de 2010

Los verdaderos poetas son de repente...


"los verdaderos poetas son de repente, nacen y desnacen en 4 líneas y nada de obras completas..."
de Gonzalo Rojas, 80 veces nadie.

Me parecieron reveladores estos versos, algo cercanos a la prosa de Walt Whitman, difundidos en el blog de Diego Bentivegna. Da una aproximación de los oscuros versos que a lo largo de la
historia pudieron construir algunos videntes, como volcanes donde irrumpe lo impostergable, condenados a ver sin mediaciones, sin filtros desmedidos, sin análisis previo. Solo lo que surge, solo lo que nace. En el momento que surge, en el instante que nace, cuando ocurre lo que ocurre.

y lo bien que dice al final de su texto: "lo irreparable es el hastío"...

jueves, 4 de marzo de 2010

El zapatero meditativo

Una tarde, en su casa de Santos Lugares, escuchamos con Ernesto Sábato un leve golpeteo detrás de una de las viejas paredes, justó allí donde descansan sus pinturas, recuerdo que el maestro le prestó mucha atención a ese hecho banal, y después caviló, como para sus adentros ¿ves? Me dijo, ese ruido lo debe hacer un zapatero, debe haber uno detrás de esta pared, en la casa contigua… mientras hablaba el sonido se perdía impreciso.

Los zapateros ejercen un oficio en el que es preciso meditar mientras se trabaja-me dijo-, presta atención cada vez que veas uno, no es como otro oficio en el cual no es necesario reflexionar sobre lo que se hace, ellos sin embargo parecen abstraídos mientras toman el pequeño martillo y el punzón, es un oficio muy noble que requiere soledad y que no haya interferencias del mundo exterior, ellos simplemente meditan mientras arreglan sus zapatos…

Esta conversación ocurrió a principios de 2002, desde entonces mucha agua pasó debajo del puente ¿somos el agua o somos el puente?

Dicen que el maestro ya no lee ni pinta, que está un poco ciego (justamente él) y que disfruta que le lean.

En aquel momento llegué a escuchar que el zapatero era de Italia o Alemania, y que Don Ernesto no podía recordarlo, vaya a saberse en qué cuaderno habrá guardado lo que escribió.

Quiero resguardar esto, las cosas pasan, las circunstancias se olvidan, después un viento nos desvía la mirada, prosigue lo que se añora, tal vez de eso se trate.

Al irme, recordé la foto de una mujer, en una columna de su cuarto de estudio, cerca de la puerta, porque tenía la mirada de Alejandra, y probablemente lo era.

Vaya a saberse…