Imaginemos a partir
de allí enhebrar argumentaciones de oídas para posteriormente refutarlas sin
escándalo, y todo sin un hilo conductor que pueda trazar origen, desarrollo,
discernimiento y conclusión, sin contar en el medio el atravesamiento de planos
e ideas que puedan entrelazar alguna variable teórica, de la que comúnmente se
discute sin conocimiento real del problema que se intenta dilucidar.
A veces pienso en
las respuestas simples, las que daría un niño de 9 años, una de ellas tal vez
sea la ausencia de lectura de libros, por lo general nos empantanamos con
noticias de diarios, artículos de opinión, versiones de versiones y citas de
autores que probablemente citaron fuentes sin estudiar el texto que finalmente
publicaron, entonces estamos listos para opinar, creyendo aportar conocimiento.
Algunos lo pueden
llamar la construcción de sentido, valiéndose de referentes que pasan a ser
voceros de un relato, a muchos otros no les alcanza el tiempo y se contentan
con una versión, de allí a las discusiones de café creyendo entender lo que se
piensa, cuando lo que ocurre es la reiteración de palabras prestadas que a su
vez carecen de un sustento filosófico genuino.
Construcción por
intermedio de adscripciones.
Tiestos que buscan
articular un sistema de pensamiento.
Frecuentar teorías
aporta variables al contenido de los debates, le otorga riqueza semántica,
pluralidad de sentido. El tema es la validez subjetiva de los aportes
periféricos, que dicen algo del esquema instalado, pero no dan cuenta del fondo
en el cual se encuentran imbricadas las diversas articulaciones sociales.
Es entender un plano
desde una posición elevada. Cuando se sabe porqué un esquema depende de otro,
comprender que conexiones hay detrás de la palabra, de que componentes está
hecho cada concepto, como funciona lo vertebrado, que activa qué, y porqué.
Ver o mirar.
Oír o escuchar.
LAs respuestas de un niño de 9 años nacen de otra forma de aprehender la realidad de la que a medida que nos centramos en un saber más lógico-racional vamos abandonando. Sin embargo, hay tantas otras formas de conocer, que no son por medio de la palabra. Por supuesto no aquellas de las que hblamos aquí. Muchas cosas se dan por sentadas y en realidad lo interesante es modificar ciertos paradigmas que continúan vigentes quién sabe por qué.
ResponderEliminarConstruir sentido es lo qe hacemos contantemente, en un mundo que no lo tiene. O bien lo tiene, pero de ua manera tan intrínseca, tan sencial y profunda que pocas veces accedemos a ella. Y no a través de esta bendición y condena a la que llamamos palabra.
Considero que las construcciones de un niño se encuentran incontaminadas de ese proceso lógico-racional, esto a su vez tiene relación cuando nos acercamos a otras formas de conocimiento, por ejemplo las prácticas chamánicas, de las cuales cabe trazar un sentido de convergencia, de mutua complementariedad, pero es cierto, con la palabra tal vez accedemos a esa profunda dicotomía, cuando algunos intentan una construcción sin un entendimiento genuino de lo que se intenta esclarecer, en tal caso entiendo que hay que profanar la palabra, y corresponder a lo percibido, dura tarea...
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