sábado, 25 de mayo de 2013

Cartas sobre la poesía


                                                               27 de junio de 1884
Mi querido Señor d´Orfer

Es un puñetazo, en cuanto se tiene a la vista, un instante,
¡deslumbrado! vuestro mandato brusco.
     “Defina la Poesía”
     Balbuceo, magullado:
     La Poesía es la expresión, por el lenguaje humano llevado a su ritmo esencial, del sentido misterioso de los aspectos de la existencia: ella dota así de autenticidad a nuestra permanencia y constituye la única tarea espiritual”.
     Hasta la vista; pero acepte mis excusas.

Stéphane Mallarmé



Esta carta del poeta simbolista francés, traducida por Rodolfo Alonso, fue dirigida a Léo d´Orfer (seudónimo de Marius Pouget) quien iba a fundar en 1886 La Vogue cuyo tercer número publicaría esta definición de la poesía.

Definir la poesía, tarea abrumadora si las hay.

Fuente: Cartas sobre la poesía: Stéphane Mallarmé. Selección, traducción, prólogo y notas de Rodolfo Alonso. Caracas: Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Fundación Editorial el perro y la rana, 2008.

sábado, 18 de mayo de 2013

La literatura argentina es el mal...



Hace un tiempo terminé de leer este pequeño ensayo “literato y compadrón” de Alejandro Rubio, habría que desandar por los tópicos frecuentados por el poeta, me quedo en uno en particular.
Parte de la base de que la literatura argentina solo puede ser auténticamente mala, malvada, canalla, si tiene una relación esencial con la impostura.
Trazo un vínculo con esta otra idea:
Las falsificaciones pueden llegar a ser tan buenas que cuando nos encontramos con el artículo original nos decepcionamos de él. Es lo que pasó con Saer y la escuela de la mirada francesa: Robbe-Grillet, tardíamente leído, parecía un imitador del hombre de Serodino. Es el triunfo final del estafador: el simulacro en el lugar de la idea.

Todo este análisis desemboca previamente en Roberto Arlt, dice del autor de “el juguete rabioso”:

Arlt es la piedra de toque para entender nuestro tema. Un tipo que escribía mal, con errores de ortografía, de gramática, de composición, es nuestro mejor novelista. Lógicamente, quería ser inventor: transmutar una imagen mental en un artefacto fungible. Pero fracasó y murió, y en lugar de sus inventos quedó su literatura: las imágenes mentales se transformaron en moneda falsa. De cualquier manera, la moneda falsa compra bienes materiales, auténticos inventos. Es enloquecedor y los autores argentinos están locos con la locura de Arlt. Todos los novelistas nacionales después de él sacan fotocopias de sus billetes truchos e intentan comprar el Nobel. La literatura argentina es falsificación, impostura, en definitiva, estafa...”

Se puede objetar lo que mismo el autor reconoce al final del ensayo, que solo ha tomado unos pocos ejemplos concretos de escritor argentino (interesante la mirada sobre Sarmiento y Borges) y que ni aún estos han sido estudiados a fondo, si bien invita al lector a consultar las obras y a verificarlas en la biblioteca, considera que es improcedente descalificar la crítica por no abordar un plano más amplio, y como muestra ofrece un contundente mapa simbólico de lo que para Alejandro Rubio es mala literatura:

Naturalmente, existen jóvenes serios, grillos de papel, escarabajos de oro, ornitorrincos (como se sabrá, son los nombres de las distinas revistas literarias que dirigió Abelardo Castillo), Ernesto Sábato, cortazarianos, posconcretistas, varias clases de neorrománticos. Y mujeres, muchas mujeres. Pero un escritor argentino del Bien no contradice la verdad de la literatura argentina del Mal: es sólo un mal escritor de la literatura universal.

Estoy tratando de articular todo esto, en algún punto me recuerda aquella carta del vidente que escribió  Rimbaud en su adolescencia “los poetas son ladrones de fuego”, el sentido del ensayo no es precisamente ese, pero me inquieta saber que lo que pienso me ubica literalmente en un fangal donde descubro mis propias limitaciones, regodeándome en un entendimiento fatuo de la literatura que históricamente frecuenté, o tal vez no sea para tanto y entonces me permita disentir estas aseveraciones, como Fabian Casas cuando alega que el autor de la Garchofa esmeralda sostiene con este ensayo un discurso contradictorio, ofreciendo un gesto conservador y purista.

No creo que se trate de polemizar con ligereza, el asunto requiere variados estudios, y como tal, los abordaré en otro momento.

Fuente: La garchofa esmeralda / Alejandro Rubio. Buenos Aires: Mansalva, 2010.

sábado, 11 de mayo de 2013

El corazón robado de Rimbaud


...mi triste corazón babea por la popa.
Mi corazón lleno de tabaco caporal:
Le tiran dentro chorros de sopa.
Mi triste corazón babea por la popa:
Bajo las pullas de la tropa
Que lanza una risa general,
Mi triste corazón babea por la popa,
¡mi corazón lleno de tabaco caporal!...

Arthur Rimbaud escribió este poema a los 17 años, para Jaime James, autor del ensayo “Rimbaud en Java: el viaje perdido”, se trata de una obra maestra temprana, ciertamamente a muchos lectores se les puede obviar el trasfondo del poema de no ser por las investigaciones del ensayista, vayamos a una segunda lectura luego de entender esto: el original francés utiliza algunas palabras inusuales, por ejemplo en el segundo verso, Mon coeur couvert de caporal , se traduce caporal como tabaco caporal, pero si se busca en el diccionario se encontrará que la palabra significa cabo, Rimbaud la utiliza haciendo entender el tabaco que se les daba a los cabos en el ejército. En el contexto de chorros de sopa, también puede significar saliva llena de tabaco, escupida sobre el poeta por los marineros que lo mastican.
Para Jaime James la segunda estrofa puede dejarse directamente sin traducir:

Ithyphalliques et pioupiesques,
Leurs insultes l’iont dépravé!
Au gouvernail on voit des fresques
Ithyphalliques et pioupiesques.
O flots abracadabrantesques.
Prenez mon coeur, qui’il soit sauvé!
Ithyphalliques et pioupiesques,
Leurs insultes l’iont dépravé!

Según lo reseña el autor, Ithyphalliques figura en el diccionario; describe unas efigies de falos erectos que se usaban en las bacanales de la antigua Grecia, palabra que resulta apropiada para las crueles mofas de los marineros que atormentan al poeta, sin embargo no figura abracadabrantesques ni tampoco  pioupiesques. Un piopiou es un soldado muy joven, otra palabra militar. Así las mofas de los soldados, priápicas y marciales, han pervertido el corazón del poeta. Del mismo modo, el poeta se dirige a las olas del mar, como abracadabras, pidiéndoles que tomen su corazón y lo purifiquen, pero el último verso de la estrofa sugiere que el corazón del poeta nunca volverá a ser puro:

Cuando hayan terminado de mascar sus bolos
¿qué vamos a hacer, oh, corazón robado?
Habrá refranes báquicos.
Cuando hayan terminado de mascar sus bolos,
Tendré sobresaltos estomáquicos
Si se tragan mi triste corazón;
Cuando hayan terminado de mascar sus bolos,
¿qué vamos a hacer, oh, corazón robado?

El poema termina en el medio de la escena. El corazón del poeta, cubierto de tabaco y montones de sopa, pervertido por insultos obscenos, aguarda los hipos báquicos que comenzarán cuando los marineros terminen de mascar su tabaco.

Lo que viene ahora endurece el sentido del poema. Rimbaud escribió el poema luego de ir a pie desde Charleville a París en 1871, para la época de la Comuna. Deambuló por las violentas calles sin un centavo. Según Izambard (amigo de Rimbaud), el poeta fue llevado por soldados a las barracas de la Rue de Babylone donde (se supone) fue violado. Esta leyenda explica no solo las alusiones militares y sexuales del poema, sino también la sensación de afrenta, de bofetada espiritual y humana.
Cuando le envió el poema a Izambard advirtió que el texto “no significa nada”.

Ante la posible realidad de los hechos, el poema queda al desnudo, sin resolución, dejándonos una sensación de orfandad, es el corazón robado del poeta, el que ya no es posible reparar. Debo decir que la lectura posterior no me fue indiferente, volví atrás en el poema y ya no fue lo mismo leer el comienzo:

...mi triste corazón babea por la popa.
Mi corazón lleno de tabaco caporal:
Le tiran dentro chorros de sopa.

Mi triste corazón babea por la popa...

Fuente: Rimbaud en Java: el viaje perdido / Jaime James. Buenos Aires: La Bestia Equilátera, 2013.

sábado, 4 de mayo de 2013

Desatar el nudo del poema


¿Que es un páramo?
El problema no es lo que yo creo que es, el problema es lo que yo creo que representa dentro del poema que pretendo revelar, como encaja ahí la idea de páramo luego de haber cultivado un arrebato, que abstracciones provoca, que vaho desprende, que bruma, como desarticulo lo que contiene esa palabra, como lo inserto en lo que pretendo decir, como juega en ese contexto la idea de páramo mientras el poema es descubierto y dilucidado, si acaso es posible dicha conjetura mediante un análisis prosaico, otorgar semántica al texto que ocurre, asignarle una estructura.

Por alguna razón, la idea de páramo puede limitarse a un mero recurso del poeta basado en la musicalidad o en el sentido estético del poema.  En tal caso no hay páramo en toda esta naturaleza, solo hay palabras, simulacro, imitación.

Puesto en la perspectiva de explicar lo que parece que comprendo me alejo de los esquemas enciclopédicos para descubrir la palabra detrás de la palabra, el sentido de lo que la palabra significa. La cifra de la irresolución. 
Frecuentemente entendemos por páramo una superficie de terreno llano, de altitud elevada con suelos rocosos y pobre en vegetación, se podría agregar el viento, es una representación que tiene viento. Según la etimología en latín el concepto solitudo, inis se asocia con la soledad, un lugar desierto, yermo, retirado, una idea de abandono y desamparo.

En la poética de Aristóteles se puede leer que el acto de desatar el nudo en el poema –para así lograr un desenlace– es una de las mayores artes del poeta.

Desatar el nudo del poema...
a eso me dedico.