sábado, 26 de septiembre de 2015
El hipnótico ritual de los Residentes
Viernes a la noche, camino por la vereda con un gorro verde, me quedo a la espera de un amigo, dentro de unos minutos estaremos viendo a los Residents en Niceto, me quedo pensando en esta banda que descubrí tarde, el mito de sus identidades ocultas, las más de cuatro décadas de trayectoria privilegiando los contenidos artísticos por encima de los nombres y las historias personales, la "teoría de la oscuridad", a la que adhiero, y el enorme impacto visual de sus presentaciones.
Finalmente entran al escenario los 3 músicos enmascarados y uno no sabe si en el fondo tenemos conciencia del extraño ritual que vamos a presenciar, bastan unas breves distorsiones para ingresar en una especie de túnel, donde se representa bufonescamente el prolegómeno de una obra hipnótica, desplazando sonidos e imágenes en diferentes planos oscuramente frecuentados.
En algún momento recuerdo esa sentencia de que el arte solo es puro si es anónimo, una serie de conceptos extraños en estos tiempos donde las exposiciones artísticas en redes sociales y programas televisivos conllevan un implícito musical para las bandas que surgen, la necesidad de trascender sin importar lo que se expresa, el factor creativo acompañado del juego de espejos en el que ciertos artistas gustan contemplarse.
Los Residents escapan de todo eso, y salen indemnes. Al final, cuando se van, me quedo cavilando si nos dimos cuenta.
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