domingo, 4 de octubre de 2015

La teoría de la oscuridad


Ponerse un pasamontañas a la hora de crear un espacio artístico, permite en cierto modo la posibilidad de elaborar contenidos sin necesidad de tener que utilizar un freno de mano, esto puede darse con los poetas que desean exponer en laboratorios literarios lo que piensan de la literatura, si tal cosa ocurre desde la intención de ocultar la identidad no es algo que esté bien o mal, es una elección, donde se prioriza la construcción de artefactos en un contexto determinado.

Es entonces cuando pienso en este personaje conceptual (al igual que los Residents, "enmascarado") que a veces dice lo que su autor no está seguro de admitir o argumentar, y que ya parece tener entidad propia, no en el sentido de la relación que un titiritero pueda tener con su títere, sino en la probable construcción de sentido que solo parece concebirse bajo la anónima adscripción de un recinto pasajero.

Sea tal vez un extraño signo en medio de tantos espejos luminosos, donde busco mostrar otro modo de hacer las cosas, como ya hace años que viene sucediendo, en el que un poeta elige escribir desde el anonimato, ilustrando lo que dice con los dibujos de su hijo.

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