domingo, 30 de marzo de 2025

Mientras tanto

Luego de haber ido a comprar ajo y perejil, tomates y cebollas, tuve que salir con la bicicleta a la ferretería para conseguir un par de “soportes bronceados con base redonda con dos agujeros de sujeción”, para así colgar las cortinas y seguir viviendo oculto detrás de las ventanas. Luego tuve tiempo de darme cuenta, que la pared del fondo sigue sin pintar, que necesitaría una amoladora para cortar una mesada, porque hace 15 años que quiero poner ahí una huerta, y creo que la mesada le quita espacio a esa idea. 

luego fue tiempo de cocinar una tortilla, limpiar unos estantes, tender la mesa, separar los cuchillos de los tenedores, abrir una botella de vino…

Ahora debería escribir un poema, o algo que se parezca a un desamparo que se avecina.


domingo, 23 de marzo de 2025

Aquello de los malos poetas


Hay días en que siento que no entendí cuando Fogwil dijo “se necesitan malos poetas”, si lo que vale es un concepto y no el vuelo lírico fragmentado sobre jardines abandonados. 

Salto el cerco y me prolongo en otra escritura (la de un personaje conceptual que no escribe poesías): voy hacia la digresión de un texto estructurado en formas perentorias, donde el devaneo de algo que se rompe cede a la curvatura del poema. Hay allí un límite del recurso que no debemos dejar de frecuentar, por más que nos cueste admitir todo lo que aún no sabemos de la poesía. El ejercicio me aleja de lo único que debería importarme: construir arborescencias indirectas con inflexiones recogidas de un silencio por habitar”. 

En todo caso, espero algún día ser uno de esos malos poetas que Fogwil reclamó.

sábado, 15 de marzo de 2025

El verso anclado de algún fragmento

A veces, cuando los días no son tan amenos, articulo en silencio un extraño mecanismo, intento que el verso anclado de algún fragmento tensione la noción de puente a través de la repetición de un bosquejo, como si se tratara de algo que se cultiva en medio de un desierto, un tallo que se parece a un río de piedra, una conjugación verbal con hilos de colores, un tiempo de arena en el péndulo de un predicado que ahora oscila entre glicinas sin edad. 

Poder cruzar al otro lado, sin importar las olas que llegan a mis pies, antes que las nubes se parezcan a una sentencia.  

jueves, 6 de marzo de 2025

Creyendo que esto es literatura

La correspondencia de algo que ya no espero, tan solo transitar el devaneo olvidado de una calleja, poblada de macetas blancas con flores rojas, creyendo que esto es literatura, 

y es que al final del día siento un poco el desconsuelo, 

son las voces que no se reflejan en el espejo, 

son las notas que recojo sin darme cuenta de lo que unen, 

es ese puente de hilo que cruza el océano, sin saber nunca en qué termina, 

si hay esperas del otro lado, 

si el acento acentúa la inmensidad, 

si no hay un páramo detrás o en el horizonte, 

si es acaso un ejercicio donde perderse, 

todo lo azul debajo, 

con toda el agua contenida, 

agua salada bajo el cielo celeste.

Es un día de marzo de muchísimo calor, en una hora en que todos los gatos son grises.

domingo, 23 de febrero de 2025

La incesante poesía


Hay miles de blogs de poesía en la web, en algún momento ocurre, que alguien se detiene a leer algo en medio de este bosque…

después es un misterio si ese algo se transforma en artefacto, cita olvidada o mera conversación, 

la vida continúa, como los carteles luminosos en las noches lluviosas, 

esperando que se apaguen al costado de la luna.

martes, 18 de febrero de 2025

Los breves ejercicios


Desde hace tiempo que solo planteo ejercicios breves arrojados al barro sin grandes pretensiones, como si fueran borradores de una reflexión siempre anclada en ideas preliminares, que no son tales cuando se establecen, solo representan pretextos envueltos en papel de diario, la niebla de una niebla donde se cruzan las palabras mientras atardece 

y es que a veces parece que algo ocurre, mientras rio a solas con los pájaros del bosque.

sábado, 8 de febrero de 2025

La hendidura en el poema


Abrevar en el mismo plano una sombra de muchos brazos, donde se dispersan las palabras como nervaduras trazadas por conductos obliterados, acontecidas de su tiempo, sabiendo que no es lenguaje, que toda penumbra pierde su oscuridad cuando no se encuentra en el poema, que el resplandor tenue de una hojarasca no alcanza para completar la pintura, que una vez más he llegado tarde a la conjetura, aquella que es atrapada en el exacto momento del fulgor revelado, acaso el problema de la hendidura en un artefacto de palabras, si dejar el surco para ser interpretado, si esperar a que la cubra una enredadera.