Luego de haber ido a comprar ajo y perejil, tomates y cebollas, tuve que salir con la bicicleta a la ferretería para conseguir un par de “soportes bronceados con base redonda con dos agujeros de sujeción”, para así colgar las cortinas y seguir viviendo oculto detrás de las ventanas. Luego tuve tiempo de darme cuenta, que la pared del fondo sigue sin pintar, que necesitaría una amoladora para cortar una mesada, porque hace 15 años que quiero poner ahí una huerta, y creo que la mesada le quita espacio a esa idea.
luego fue tiempo de cocinar una tortilla, limpiar unos estantes, tender la mesa, separar los cuchillos de los tenedores, abrir una botella de vino…
Ahora debería escribir un poema, o algo que se
parezca a un desamparo que se avecina.