domingo, 13 de abril de 2025

Tener una voz

Alguna vez, acaso como ejercicio narrativo, tengamos que tensar un arco, arrojar una construcción y medir el tiempo que tarda en llegar esa espera o sentencia, y quizás sea posible, entre ambos puntos (escritura y corrección) establecer un sistema de relaciones de todo aquello que fue poblado y sesgado, ya sea insertando conceptos filosóficos, ya sea imbricando planos arborescentes. 

Tal vez a eso, con debidas relecturas, se lo entienda como tener una voz en el poema, por más que pasemos del barroquismo al despojamiento de recursos, de lo deshabitado a procesos de condensación y conceptualización. 

Los recorridos y las experiencias juntan cosas o ideas que refuerzan esa noción de la forma y el fondo. Explican, sin alusiones, los colores de todos los atardeceres, las sombras de todos los árboles.

domingo, 6 de abril de 2025

La nube oscura de mi poema

En ese declive de una sola línea -un trazo tembloroso- ubiqué la nube oscura de mi poema, donde aún sigo sin entender el por qué ni las consecuencias, donde no ubico el verbo tal como corresponde. Esa nube cubre el exacto momento de mi pequeña y breve tempestad, a la que llego luego de un día esquivo, juntando sombras, preguntándome si el tiempo me tendrá reservado algún cuestionamiento. 

El dibujo que no es, alcanza para dirimir el interrogante que nunca llego a interpelar. Debería saberlo, que los años amontonan postergaciones, que ya no soy aquel adolescente, que las cuentas siguen sin saldar. 

La nube de mi poema ahora tiene contornos de color anaranjado, y un brillo intenso blanquísimo detrás, como si supiera donde termina el atardecer, como si tuviera una respuesta al final del verso.