Hay una pregunta para el tiempo, y una indagación por el espacio, mientras el poema es tensado en el contexto de un problema.
Los días pasan y el problema se olvida, pero aquella divagación, acaso
cruzada por la belleza, ahora tiene espinas donde antes había flores, y entonces
no sé bien en qué parte se perdió el sentido, si es mejor desbrozar el problema
o hacer un trato con el crepúsculo, si hay o no acechanza en el horizonte,
cuando las sombras parecen dibujar amenazas entre los árboles, mientras salimos
como lobos bajo la luna, cubiertos de ramas, con los ojos pintados, para que el
poema se parezca a una verdad.
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