domingo, 15 de junio de 2025

Cuando el personaje interpela al creador

Hace poco supe de un nuevo libro de Martín Caparrós, con dibujos de Miguel Rep, sobre la recreación de la vida de José Hernández contada a través de su personaje más emblemático, el gaucho Martín Fierro, me pareció válido el recurso, y por lo que escuché, el resultado de dicha operación deja en evidencia las contradicciones del escritor, por haber utilizado un personaje que nada tenía que ver con su propia idiosincrasia. Pienso que en algún momento leeré ese libro, pero la idea me dejó evaluando la posibilidad de un dilema, si en ocasiones, cuando recorremos ciertas distancias a través de un personaje conceptual, no llegamos a cuestionar lo suficiente el hecho de que el “recurso” no represente realmente lo desasnado, o si en todo caso, es el personaje conceptual quien plasma una lenta sentencia que el autor no puede dirimir, acaso una cuerda que se anuda a sí misma.

En el libro de Caparrós, es el personaje el que regresa del pasado para interpelar a su creador, y poder recuperar una voz que fue falsificada, ya no se puede decir que el autor crea al personaje, ese gaucho que se abrió camino al paso del tiempo, ahora puede mostrar las contradicciones del autor, al punto de saberse traicionado “Me hizo decir lo que él quiso / no lo que yo había vivido”, dice este nuevo Fierro, y tal como se expresa en esta nota periodística que cito al final del texto, “el libro entero se convierte en un gesto de reparación y un acto de restitución: una voz usurpada que regresa para decir su verdad y saldar deudas”.

Alguna vez, pero consciente de la derivación de lo creado, el poeta y titiritero Javier Villafañe indagó sobre el asunto, cuando afirmó lo siguiente: "Yo les he hecho muchos reportajes a los títeres. Me han hablado, o al menos yo les hago preguntas y si uno pregunta es porque tiene la certeza absoluta de que hay eco”.

Y vaya si Villafañe era consecuente con esta afirmación, como cuando uno de sus títeres lo interpeló a través de sus palabras escritas, al decirle que era mentira que a su creador le gustaban las lluvias, que eso era trampa, o sea literatura, porque cuando llovía salía “con un impermeable, un sombrero, botas de goma y un paraguas”. 

A la luz de las circunstancias, se infiere que lo profesado por Hernández careció de un carácter interrogativo. Proyectó una sombra que lo terminó cubriendo.

Acaso unas cuantas crónicas falsas, y un puñado de verdades que se perdieron en el tiempo. 

Textos consultados:   

Martín Caparrós y Miguel Rep recrean la vida de José Hérnández contada por Fierro. Disponible en: https://www.pagina12.com.ar/828981-martin-caparros-y-miguel-rep-recrean-la-vida-de-jose-hernand 

Javier Villafañe, el titiritero trotamundos. Disponible en: https://www.cultura.gob.ar/javier-villafane-el-titiritero-trotamundos-10677/


domingo, 8 de junio de 2025

La pequeña bruma del poema mutilado

A veces lo que veo en este pasillo del atardecer es un recoveco de pinturas desgastadas, en donde algunos versos van mutando hacia una fuga del cual conservan una pequeña bruma, 

lo que queda de esa intervención, es un despojo imbricado con palabras probablemente huérfanas de su contexto, lo que inquieta es el mañana de esa ausencia, 

acaso la nada o una nueva construcción.

domingo, 1 de junio de 2025

El infrecuente ejercicio

Lo que produce el territorio previo a la consecuencia de la escritura, es el efecto terrible de una verdad en la vida de alguien que está fuera de las coordenadas de la época, fuera de los márgenes del tiempo del poema. 

Construir un lector imaginario para producir un efecto que tenga por premisa habitar los pliegos de una conjetura, sea acaso el mayor de los ejercicios, el lector como hipótesis del autor, para desandar los anacronismos y las consecuencias, para responder a preguntas que solo se desarman mientras hablamos consigo mismos.

domingo, 25 de mayo de 2025

El arenero donde discurre lo irresuelto del poema

Acaso dispersión, un arenero donde se mezclan las paradojas irresueltas con anclajes apenas habitados por los preceptos literarios. 

Una línea correcta, con sujeto y predicado, un verbo que arrastra nubes, algunos adjetivos innecesarios, un melancólico atardecer. 

Y es que a veces todo se reduce a ese único ejercicio.

domingo, 18 de mayo de 2025

El tiempo de las hojas ausentes

¿Cuándo ocurrió? 

el fresno de la cuadra ya no es amarillo 

apenas una brisa en el murmuro débil de una corteza 

los años que se pierden en un conjuro.


sábado, 10 de mayo de 2025

El jardín del jardín

Desde aquí se puede ver el jardín (jardín del jardín), al jardín y al hombre que se escribe con los años, años del hombre dedicados a escribirle a un jardín, ocupados en parecérsele, terminan por ser años, por ser pausas de jardín. A estas horas de la mañana en que hombre y jardín lentamente se reciben de intemperie, las noticias se espacían, entre los canteros se lee una ausencia, la huella de cartas que no llegan, de cartas que nadie manda.

De “Diario de Eleusis”, Arnaldo Calveyra

 

En este último tiempo, en donde no encuentro espacios para las ideas, leer esto me parece algo nuevo, como si el poeta dialogara con lo que va siendo creado, y a su vez, lo creado cobra otra entidad, se aleja lo suficiente para formar parte del poema. Es como si todo ese ejercicio fuera concebido para saber por qué (y en qué momento) nace el poema. El modo en cómo el autor lo resuelve es alentador, despoja la paradoja, segundos antes de la pregunta que probablemente hagamos cuando el jardín se ponga en movimiento.

sábado, 3 de mayo de 2025

El curso lírico del poema

Esta esquiva particularidad de los versos que se van desplazando hacia una nada cubierta de nubarrones, la correspondencia de algún tipo de ejecución, que hizo del barroquismo un axioma desprovisto de cualquier mecanismo o tránsito asociado con lo empírico, ese perder en algún momento el curso lírico donde discurren las aguas tormentosas del poema, la orilla impávida que ahora contemplo, rodeada de casuarinas, la memoria que se escurre a través de un hilo de agua.

sábado, 26 de abril de 2025

Acaso soslayar

La precedencia o la originalidad, 

habría que analizar este tópico acaso literario, hay que soslayar las peripecias de lo atravesado vaya a saberse bajo que improcedentes circunstancias. Plantear la anterioridad como algo subyacente al proceso creativo segundos antes de plasmar una sentencia. 

No quisiera fabular sobre los cruces de caminos, donde a veces quedan resueltos los recovecos, mientras resultan invisibles los horizontes aplanados luego de las homogéneas relecturas. 

Es como cubrir con el tiempo un agujero donde se perdieron las palabras, las únicas posibles para aquella remembranza, el poema que se transformó en otra cosa.

miércoles, 16 de abril de 2025

La improbable antelación del invisible artefacto

Muchas veces hay obstáculos que superponen esa problemática que implica querer escribir y promover una aceptación del oficio, si tal cosa es concebida. 

Esa restricción ocurre en los márgenes de un círculo social, donde los trabajos de los poetas forman parte de un mundo indiferente, sin alcanzar a sedimentar la imbricación de cualquier concepto desprendido de un conjunto de versos. Lo que hacemos, por la simple necesidad de hacerlo, queda afuera de todo reconocimiento, lo complicado que resulta fijar en palabras la antelación de lo creado, ese paso previo -nunca publicable- que difícilmente encuentre un espejo donde podamos, brevemente, demostrar la posibilidad de su existencia orgánica -acaso bajo la forma de un cuerpo reptando hacia las ideas, o un recurso que el paso del tiempo termina mutando en otra sombra- tal vez algo que se confía entre los pliegos de una retirada, cuando ya no quedan cosas por discutir, cuando finalmente optamos por callar. 

Ese espejo del otro que solo lee lo postergado sin una máscara, ese poema que nunca termina de nacer.


domingo, 13 de abril de 2025

Tener una voz

Alguna vez, acaso como ejercicio narrativo, tengamos que tensar un arco, arrojar una construcción y medir el tiempo que tarda en llegar esa espera o sentencia, y quizás sea posible, entre ambos puntos (escritura y corrección) establecer un sistema de relaciones de todo aquello que fue poblado y sesgado, ya sea insertando conceptos filosóficos, ya sea imbricando planos arborescentes. 

Tal vez a eso, con debidas relecturas, se lo entienda como tener una voz en el poema, por más que pasemos del barroquismo al despojamiento de recursos, de lo deshabitado a procesos de condensación y conceptualización. 

Los recorridos y las experiencias juntan cosas o ideas que refuerzan esa noción de la forma y el fondo. Explican, sin alusiones, los colores de todos los atardeceres, las sombras de todos los árboles.

domingo, 6 de abril de 2025

La nube oscura de mi poema

En ese declive de una sola línea -un trazo tembloroso- ubiqué la nube oscura de mi poema, donde aún sigo sin entender el por qué ni las consecuencias, donde no ubico el verbo tal como corresponde. Esa nube cubre el exacto momento de mi pequeña y breve tempestad, a la que llego luego de un día esquivo, juntando sombras, preguntándome si el tiempo me tendrá reservado algún cuestionamiento. 

El dibujo que no es, alcanza para dirimir el interrogante que nunca llego a interpelar. Debería saberlo, que los años amontonan postergaciones, que ya no soy aquel adolescente, que las cuentas siguen sin saldar. 

La nube de mi poema ahora tiene contornos de color anaranjado, y un brillo intenso blanquísimo detrás, como si supiera donde termina el atardecer, como si tuviera una respuesta al final del verso. 

domingo, 30 de marzo de 2025

Mientras tanto

Luego de haber ido a comprar ajo y perejil, tomates y cebollas, tuve que salir con la bicicleta a la ferretería para conseguir un par de “soportes bronceados con base redonda con dos agujeros de sujeción”, para así colgar las cortinas y seguir viviendo oculto detrás de las ventanas. Luego tuve tiempo de darme cuenta, que la pared del fondo sigue sin pintar, que necesitaría una amoladora para cortar una mesada, porque hace 15 años que quiero poner ahí una huerta, y creo que la mesada le quita espacio a esa idea. 

luego fue tiempo de cocinar una tortilla, limpiar unos estantes, tender la mesa, separar los cuchillos de los tenedores, abrir una botella de vino…

Ahora debería escribir un poema, o algo que se parezca a un desamparo que se avecina.


domingo, 23 de marzo de 2025

Aquello de los malos poetas


Hay días en que siento que no entendí cuando Fogwil dijo “se necesitan malos poetas”, si lo que vale es un concepto y no el vuelo lírico fragmentado sobre jardines abandonados. 

Salto el cerco y me prolongo en otra escritura (la de un personaje conceptual que no escribe poesías): voy hacia la digresión de un texto estructurado en formas perentorias, donde el devaneo de algo que se rompe cede a la curvatura del poema. Hay allí un límite del recurso que no debemos dejar de frecuentar, por más que nos cueste admitir todo lo que aún no sabemos de la poesía. El ejercicio me aleja de lo único que debería importarme: construir arborescencias indirectas con inflexiones recogidas de un silencio por habitar”. 

En todo caso, espero algún día ser uno de esos malos poetas que Fogwil reclamó.

sábado, 15 de marzo de 2025

El verso anclado de algún fragmento

A veces, cuando los días no son tan amenos, articulo en silencio un extraño mecanismo, intento que el verso anclado de algún fragmento tensione la noción de puente a través de la repetición de un bosquejo, como si se tratara de algo que se cultiva en medio de un desierto, un tallo que se parece a un río de piedra, una conjugación verbal con hilos de colores, un tiempo de arena en el péndulo de un predicado que ahora oscila entre glicinas sin edad. 

Poder cruzar al otro lado, sin importar las olas que llegan a mis pies, antes que las nubes se parezcan a una sentencia.  

jueves, 6 de marzo de 2025

Creyendo que esto es literatura

La correspondencia de algo que ya no espero, tan solo transitar el devaneo olvidado de una calleja, poblada de macetas blancas con flores rojas, creyendo que esto es literatura, 

y es que al final del día siento un poco el desconsuelo, 

son las voces que no se reflejan en el espejo, 

son las notas que recojo sin darme cuenta de lo que unen, 

es ese puente de hilo que cruza el océano, sin saber nunca en qué termina, 

si hay esperas del otro lado, 

si el acento acentúa la inmensidad, 

si no hay un páramo detrás o en el horizonte, 

si es acaso un ejercicio donde perderse, 

todo lo azul debajo, 

con toda el agua contenida, 

agua salada bajo el cielo celeste.

Es un día de marzo de muchísimo calor, en una hora en que todos los gatos son grises.

domingo, 23 de febrero de 2025

La incesante poesía


Hay miles de blogs de poesía en la web, en algún momento ocurre, que alguien se detiene a leer algo en medio de este bosque…

después es un misterio si ese algo se transforma en artefacto, cita olvidada o mera conversación, 

la vida continúa, como los carteles luminosos en las noches lluviosas, 

esperando que se apaguen al costado de la luna.

martes, 18 de febrero de 2025

Los breves ejercicios


Desde hace tiempo que solo planteo ejercicios breves arrojados al barro sin grandes pretensiones, como si fueran borradores de una reflexión siempre anclada en ideas preliminares, que no son tales cuando se establecen, solo representan pretextos envueltos en papel de diario, la niebla de una niebla donde se cruzan las palabras mientras atardece 

y es que a veces parece que algo ocurre, mientras rio a solas con los pájaros del bosque.

sábado, 8 de febrero de 2025

La hendidura en el poema


Abrevar en el mismo plano una sombra de muchos brazos, donde se dispersan las palabras como nervaduras trazadas por conductos obliterados, acontecidas de su tiempo, sabiendo que no es lenguaje, que toda penumbra pierde su oscuridad cuando no se encuentra en el poema, que el resplandor tenue de una hojarasca no alcanza para completar la pintura, que una vez más he llegado tarde a la conjetura, aquella que es atrapada en el exacto momento del fulgor revelado, acaso el problema de la hendidura en un artefacto de palabras, si dejar el surco para ser interpretado, si esperar a que la cubra una enredadera. 

sábado, 1 de febrero de 2025

El hilo de un hilo

Una niebla leve, arremolinada de cerezos, en una orilla cubierta de algas, donde las rocas son visibles, pretextos de los lobos que no aúllan en la noche cierta, sin moradas apacibles, en medio de los vientos.

y es que a veces los textos se cruzan hacia silencios indefinidos, acaso por no encontrar lo que debería ser frecuente: una delicada metáfora en medio de un puente, el hilo de un hilo que pierde la palabra.

domingo, 19 de enero de 2025

Como esta fuga hacia la nada misma

Pensé un final en donde los personajes conceptuales se retiran en fila india, tocando flautas, trompetas y violines, mientras desfilan rodeados de gallos y perros, llevándose lo irresuelto sin mirar para atrás, atravesando el lodo y las serpentinas, algo parecido a un cruce de caminos entre Kusturica y Gombrowickz. 

como esta fuga de calesas y pianos destartalados, que una manada de sordomudos transita con chambergos y chalecos desteñidos de atardeceres pardos, buscando la tierra prometida de trigales y maizales, el oro de los muertos cansados de vivir. 

como si estuviéramos afuera del paraíso, de ese campo blanquísimo, alambrado hasta el final del horizonte.

viernes, 10 de enero de 2025

Hacer visible algo

Hacer visible el deterioro de la trama, sin reducirlo a la mera percepción de un fragmento, acaso disipar, sin redundancia, el proceso de composición al pliego improcedente de su deliberado mecanismo.

de algún modo,

el método desplaza al procedimiento,

esos invisibles jardines sin cultivar.