Alguna vez, Balzac comentó que sus 85 novelas conformaban una
sola, que debía llamarse “La Comedia Humana”. Interesante detenerse en la
apreciación. Se puede inferir que hay coherencia en un escritor cuando su obra
atraviesa a lo largo del tiempo diversos
tópicos mediante la utilización de esquemas narrativos singulares, se
podría añadir el tema de las obsesiones literarias dentro de ese recorrido
impar. En ocasiones ha pasado que 4 o 5 libros podían homologarse en un único
libro, o mismo si no fuera aclarado en la portada una antología poética podría
considerarse un poemario extenso, el escritor conserva el tono por un tiempo
prolongado, el debido tiempo, pero discurre en diferentes atmósferas emotivas,
en períodos circulares que cierran trayectos simbólicos, buscando
imprecisamente obtener respuestas, cerrar ciclos en forma de espiral o bien
arrojar nuevas imbricaciones de escrituras olvidadas.
En otros casos ocurre que luego de algunas publicaciones ciertos
poetas exploran otras posibilidades, intentan pasar los límites gramaticales,
se extravían reinventando los alcances de la lengua, convierten en verbo un
sustantivo y obligan a los traductores a que salgan de su lógica y por ende
rompan las reglas. Allí podríamos suponer que el plano es permanente, coexisten
diversos componentes cultivados bajo un mismo tono, luego ocurre que el propio
poeta decide culminar el ciclo, pero difícilmente pueda abandonar el plano,
nace con su forma de expresar lo que ve, y se inclina al paso de los años con
similares palabras.
Un caso aparte resultan aquellos poetas que precisan de
heterónimos para superponer ciertos planos, estableciendo continuidades desde
múltiples estéticas, así la única obra es fragmentada por el paso del tiempo,
abordada desde la crítica en el mismo promontorio donde el único poeta estuvo
posado, ya lejos en el tiempo, extendiendo sus dominios y desarticulando con su
obra la idea del “yo”.
Expreso estas divagaciones desde una aproximación, que otra cosa
puede hacerse tratándose de algo tan indefinible como la poesía…