sábado, 19 de enero de 2013

Mis escrituras...




Alguna vez colgué poemas con broches en una cuerda atada a dos árboles, los lectores iban y desabrochaban los poemas, y creo que eso es todo.

Aún conservo en casa unos cuadernos “Original Lancaster Bank”, hojas oficio, 40 páginas cada uno, sin renglones, plagados de poemas escritos en cursiva, con birome, representa la etapa febril de mi adolescencia, noche tras noche escribiendo sin parar, lo que Pizarnik denominaba la “escritura automática”, llenando cuadernos y cuadernos, bebiendo mientras escribía, dejándome ir en el poema...

A veces creo que lo mejor de mi está ahí, y sin embargo no tiene corrección alguna. La otra noche abrí una de esas carpetas y transcribí a la computadora el primer poema de aquella época, los versos estaban cargados de connotaciones religiosas y metafísicas, no pude evitar hacer correcciones, ahora no sé que hacer con ese pasado, si dejarlo en aquellas hojas o reescribirlo conservando los originales, no sé si eso tiene destino, a veces me parece creer que debí arrojar al suelo aquellos jarrones, y pasar el resto del día juntando cada pedazo, intentar entender el mundo detrás de cada pieza, hacer de la nada una nueva vasija.

2 comentarios:

  1. Sin embargo y, a pese a todo, la pulsión de escribir va más allá de las publicaciones, éxitos y reconocimientos. Un gesto que rompe y construye al mismo tiempo.

    No sé cómo serán tus poemas, pero tus "Divagaciones" las leo con mucho interés y me hacen pensar. Un abrazo.

    Pd: me tomo el atrevimiento de sugerirte que leás esto que escribí hace unos meses. Creo que en parte está en consonancia con lo que expresás. Se llama "Los éxitos de la literatura":

    http://ciudadeseo.blogspot.com.ar/2012/01/los-exitos-de-la-literatura.html

    ResponderEliminar
  2. Estimado
    Cada vez dedico más tiempo hacia aquellos que por alguna razón se perdieron en el poema que nunca terminaron de construir, intuyo que seré uno más de esa larga lista, y bien sabemos que no hay tristeza más genuina que la de aquel compañero de banco del texto gentilmente compartido, cuando se tiene la edad de los sueños invencibles y sin embargo no hemos sido más que una circunstancia.

    Estoy haciendo el intento por entender que hay detrás de la poesía, sin embargo últimamente me detengo en aquellos hermosos perdedores que prefirieron guardar sus poemas en un cajón.

    Muchas gracias por el comentario, y felicitaciones por el blog...

    ResponderEliminar