Cada tanto camino un trecho por un sendero cubierto de sombras
de eucaliptos y pinos, hasta llegar a una cerca con alambres de púas, me suelo
detener frente a un campo de cultivos, de un lado terrenos ocupados por
fábricas y del otro plantaciones de alcachofas, brócolis y acelgas, estar ahí
me recuerda que tengo un límite frente a mis ojos, yo podría franquear esa
cerca, pero invariablemente tendré otra más adelante, y así sucesivamente. Por
largos minutos miro a lo lejos una hilera de arbustos de un monte impreciso, de
vez en cuando tres espaldas inclinadas recogen lo cosechado, parece un paisaje detenido
en el tiempo, hasta los pájaros parecen fijar un sesgo de lo inamovible,
habitan este pedazo de cielo sin posarse en los surcos verdes y marchitos, en
las semillas desperdigadas en largas hileras, como si fueran manchas que
retratan la soledad en cuadros sin fondo, solo marcos que penden de un hilo,
quietudes clavadas en un tronco, apenas se los advierte como en un fulgor,
arrastrando la quietud de una penumbra.
Es curioso, si cambiáramos el plano y lo eleváramos,
observaríamos desde arriba nuestra propia celda dentro de un sistema cuyos
límites apenas podríamos alcanzar a divisar, no logro ver en que se diferencian
los esclavos espirituales, que viven recluidos en su propia insinceridad, con
estos trazos cuadriculados que nos recuerdan nuestra propia finitud.
Me ha pasado cuando volvía al mar, si caminaba más allá de las
dunas llegaba un punto en que dejaba de escuchar el bramido de las olas, en el
mismo momento en que aparecía ante mis ojos la primera alambrada de púas, a
escasos kilómetros de la ruta, donde nada se advierte salvo el silencioso
camino amarillo de los escarabajos negros, con sus huellas diminutas que el
viento no logra borrar.
Siempre vuelvo al mismo lugar, siempre tengo esa cerca por
delante, que no me deja avanzar, siempre hay un límite que pareciera que nadie
vigila, es algo irresuelto en mi vida, me cuesta encontrarle sentido, llego a
esperar incluso que pasen algunos pájaros, creyendo que son parecidos al día
anterior, es entonces cuando me doy cuenta.
Y vuelvo tras mis pasos a mi vida conocida.
PD:
Por cierto, feliz año nuevo,
que puedan empezar en armonía un nuevo ciclo, que sus andares se pueblen de
dichas…
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