Ezra Pound
El artilugio de
fraccionar la composición en versos…
Ejercicio sutil que
ha permitido la divagación de extensas ideas.
¿Cómo no discurrir
en aquellos prados?
Es lo que ocurre
cuando nos encontramos con el bosquejo de un concepto frondosamente
desarrollado, para luego desarticularlo sin lógica, ignorando los planos,
dejando de lado los posibles fundamentos del poema, un mero sinsentido de las
conceptuaciones vanas, intentando decir algo que no se parezca a la cita
asolada, de la cual bebimos incómodamente.
Citando mal a
Rimbaud “todos hemos sido ladrones de fuego”, hay veces que un simple terceto
de versos huesudos nos iluminan un pequeño recóndito de posibilidades
infinitas, pronto olvidamos la cita, y nos extraviamos entre el desarreglo de
los sentidos buscando entender lo que acaso ya comprendimos.
¿Cómo saber -en que
parte del poema- se advierte la sustancia de otra fuente, acaso con otro fin,
con otra espesura?
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