sábado, 27 de febrero de 2016
Asimetría
Decía Alejandro Dolina que la belleza es una regularidad o la falta deliberada de ella. Es siempre simetría. La repetición en el tiempo, la repetición en el espacio, la igualdad de las distancias, "todo eso genera una reacción en el espíritu humano que generalmente responde a la idea que tenemos de belleza".
"Tal era así que los griegos habían sido más rigurosos en esto, ya que la medían con exactitud, y encontraban números como el número áureo, que les servía para ver en qué momento de un segmento había que cortarlo, o en qué lugar de la cara tenían que estar los ojos, o cuándo en una obra tenía que estar el momento más decisivo", en este punto recuerdo un pensamiento de Gilles Deleuze, a propósito del arte que detiene o fija su sentido en la mente del lector “el arte conserva, y es lo único en el mundo que se conserva”.
El tema es que, como dice el locutor de La venganza será terrible, a veces se obtiene belleza vulnerando esa regularidad. Pero aun vulnerada, la regularidad está. La belleza es regularidad, es simetría, pero la asimetría es una idea sin la cual no podríamos tener una idea de belleza. La simetría hace al artefacto conceptual, pero no es posible concebirlo sin aceptar la asimetría de la cual está imbricada su naturaleza, es lo que deviene el caos en el aparente cosmos, la idea de que es necesario un orden, y digo aparente, porque todo lo simétrico así lo parece, genera una sensación de perfección de la cual no es posible "ver" su invisible materia. La simetría es conceptual, pero deviene de lo asimétrico, de algún modo podriamos simbolizar esta disyuntiva bajo el efecto visual de las salpicaduras de pintura (Jackson Pollock sería un buen ejemplo, su arte es la simetría de lo asimétrico, conforma un esquema semántico donde lo caótico es visible al entendimiento humano).
Mismo en la música es posible advertirlo, cuando ciertas estructuras permiten romper reglas pero desenvolviendo sus ecuaciones dentro del parámetro que esa propia libertad permite, allí todo es asimétrico, sin embargo la estructura conforma al oído una simetría, ese cosmos aparente, una masa de sonidos que el creador controla.
Nunca se sabe en qué momento el artista es consciente de los signos que van poblando su plano, eso que Dolina entiende por regularidad, cuando simplemente estamos detenidos ante la belleza, y nos inclinamos a sus variables tal vez sin comprender.
sábado, 20 de febrero de 2016
Sobre mi poesía
"Es tarde ya en esta página y no tengo tiempo de comprobar que me equivoco”
Luis Chitarroni reconstruye en una silueta el contexto de una disputa intelectual entre escritores, ese tipo de odio que hace que algunas personas se separen precisamente por aquello que los une, así, un tal Victor Eiralis (anagrama de Salieri que nunca advertí como lector) le llegó a endilgar la siguiente sentencia: "yo vivo acorralado en el fracaso, pero a usted le va peor: vive acorralado en el error"
Cuando las pocas veces que me encuentro en la situación de decir porqué hago poesía, solo puedo balbucear que suelo ver - o al menos lo pretendo- algún signo emparentado con la otredad, mi propia tabla de ahogado a la cual me aferro con desesperación, es entonces que siento que mi poesía es un fondo de malezas en el cual creo ver algún atisbo de belleza, pero cuando hago pasar a las personas a esos melancólicos pasillos, solo expresan estar confundidos en un lugar abandonado, diciéndome sin palabras que lo que ven, son aparentes mendrugos, artefactos descuidados en recintos descascarados.
Seguramente tienen razón, y no hago otra cosa que aferrarme a lo que creo, el fracaso lo tengo asegurado, pero...¿el error?
¿cuantos poetas, enfrentando la indiferencia ajena, padecieron idénticos desalientos?
Creo en algo que no sé que es...
solo entiendo que me abruma pensar si alcanzará el tiempo para darse cuenta.
para darme cuenta.
sábado, 13 de febrero de 2016
Las plaquetas de Schehade...
Dadle la raíz del laurel
Y no flores de un día que hacen la ceniza
Poeta de la nieve y el reloj de arena
Cuando lo que es blanco es honor de la
muerte.
Georges Schehade
En algún punto, estoy construyendo plaquetas
literarias, o eso pretendo, en los años 70 las consideraron adelantos de
libros, hoy podemos entender el concepto como una singular mezcla de libro de arte, fanzine y texto.
Lo que hacía Schehade eran verdaderas "plaquettes" artesanales, hasta entiendo que su modo de escritura cuadraba con el sentido
estético de la publicación.
Por Rodolfo Alonso se sabe
que el poeta francés-libanés (un francés cuya obra deja al descubierto su origen
libanés) fue promovido por Paul Valéry, Saint-John Perse, Jules Superville y
Paul Eluárd, con quien coincidió en la estética surrealista. Sus versos breves,
que no parecieran interrumpidos en su proceso, brillan con particular
inocencia. También su discreción.
Pocas veces una lectura de
poemas me ha dejado pensando si detrás de las palabras se ocultaba un mundo que
no comprendía.
Espero descubrirlo algún
día...
En la montaña
Donde hablan los rebaños con el frío
Como Dios lo hizo
Donde en su origen está el sol
Hay graneros repletos de dulzura
Para el hombre que avanza en su paz
Sueño en ese país donde la angustia
Es un poco de aire
Donde caen los sueños en el pozo
Sueño y aquí estoy
Contra erguidas violetas y esta dama
Cuya rodilla lejos es infinita pena.
Donde hablan los rebaños con el frío
Como Dios lo hizo
Donde en su origen está el sol
Hay graneros repletos de dulzura
Para el hombre que avanza en su paz
Sueño en ese país donde la angustia
Es un poco de aire
Donde caen los sueños en el pozo
Sueño y aquí estoy
Contra erguidas violetas y esta dama
Cuya rodilla lejos es infinita pena.
Los poemas, Georges Schehadé. Selección, Traducción
y Prólogo de Rodolfo Alonso. Hilos editora, 2012.
sábado, 6 de febrero de 2016
Mientras leo a Osvaldo Lamborghini (Parte III)
Como decía el poeta, toda época tiene su
álbum fotográfico ¿cuál será el nuestro?
Enumerar, el arte de enumerar, es también un
estallido.
Yo creo que a Osvaldo Lamborghini no lo leo
para entenderlo, lo leo para escribir.
Pasar de un confinamiento a otro, la materia
pura, el encierro del poema –he aquí una representación– un cuchillo untando
manteca, una cesta con peces, un pan amarillo –el amarillo del pan– (las
hortensias bajo el sol de verano).
La conciencia del presente, este darse
cuenta que las palabras encadenan ausencias (todos en la ruta, el sol anaranjado) los últimos pájaros dorados por el
crepúsculo, ver la línea que todo lo oscurece, el exacto momento del mosquitero
cerrándose por dentro.
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