viernes, 13 de octubre de 2023

La segunda parte de la lluvia

¿Es posible arrojar hubiéramos como migas de pan?

Miré a una anciana rodeada de palomas, sentada sobre un monolito, entre dos pinos inmóviles, el tiempo cubierto de ramas.

Cuando pensé en la lluvia estaba amaneciendo, una madre llevaba a su hija a la escuela, las nubes parecían romperse, a la niña no le importó saber que sus botas iban a mojarse.

A la anciana la vi desde el auto, cuando volvía del trabajo.

Algún ángel sin alas, desde algún jardín sin macetas, tejió sin apuro esas remembranzas.

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