un segundo sin su aire desprovisto de silencio, donde me arrodillo para ver el agua quieta, en un charco sin infancia
hay algo en ese discurrir de la vida apenas murmurada, como si el atardecer fuera una sincronía sin contexto, como si alguien estuviera hablándome, y yo...
puedo nombrar al pájaro que ahora no es visible en este jardín deshabitado, bajo un atardecer cubierto de niebla, acaso olvidado y sin memoria
ese tiempo que se escurre, y no es arena
ese propósito de la oruga, segundos antes de nacer.
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