lunes, 8 de marzo de 2010

Crear dentro de una estructura


He tratado de entender que la noción de libertad no depende de los límites conscientes de una estructura. Que podemos estar dentro de ella y perfectamente sentirnos libres. Para quienes tienen las suelas de viento, corroborar tal clarividencia quizás resulte problemático. Pensemos en los que caminan sin mirar atrás, simplemente por querer dejar un pasado en algún recóndito quieto del alma, o en aquellos que siempre ven un mar cuando solo hay edificios con artritis en las paredes y canillas rotas que arrojan agua con escrúpulos.
Cada uno de ellos tiene, en su sistema de pensamiento, un candado en la conciencia. Algunos fingen no saberlo.

Incluirnos en un sistema, sea tal vez la más perturbadora de nuestras acciones, es un modo de indagar en los vericuetos, para aproximarnos a un conocimiento interior, aquel que un alma azorada debe soslayar para poder ver.

Crear dentro de estructuras sea tal vez nuestro desanimado designio.
Asaltar un espacio que nos pertenece, agregarle rayas y promontorios, figuras y ecuaciones. Configurarle una cosmogonía. Escuchar colores. Pintar sonidos. Escribir imágenes.
Cuando alcancemos la verdad no habrá nada del otro lado.
No habrá materia. No habrá espacio. No habrá tiempo. Solo el poema creado.
Crear nos hará libres. Condenadamente libres.

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