Es curioso, con respecto a la crítica literaria, como a veces el
carácter reflexivo de los críticos, que pretenden deconstruir la obra que
analizan, otorgan al poeta elementos estructurales a ser desovillados desde
sus propias escrituras, es lo que me ha ocurrido al leer algunas
argumentaciones en torno a la designación del nuevo Premio Nobel de Literatura, el
novelista francés Patrick Modiano. Se puede leer en el siguiente texto:
El desgarro primigenio del abandono y la ausencia. Alguien busca a
alguien o intenta recuperar sus huellas. Los detalles regresan a la memoria
desordenados, como la luz incierta de sus orígenes donde todo se derrumba y
vacila. El mismo libro escrito como fragmentos de un work in progress desde
diferentes ángulos, bajo el imperativo de las líneas de fuga y las brechas del
tiempo; variaciones de “baja intensidad” de conflictos latentes que se camuflan
en el ropaje de una cotidianidad a veces demasiado monótona. Una voz
inconfundible por su tono cauteloso, metamorfoseada narrador tras narrador, que
quiere reponer a las personas con las que se cruzó alguna vez en el camino y
que luego se extravían como un expediente policial...
La crítica de esta "prosa hipnótica" instala imágenes
desde concepciones oníricas ubicadas en planos apenas iluminados, podemos tomar
una frase y tensar las palabras, para que la "idea" se torne
estructura, mientras el poema discurre hacia su propio laberinto, nadie podría
siquiera suponer el origen de las "líneas de fuga", si lo
metamorfoseado es urdido en base a las variables correspondidas, si lo que se
extravía es el tono del contexto...
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