Me encuentro ante una vorágine de
sensaciones, donde proyectos, divagaciones y textos varios se atraviesan,
existe en medio de ese viento una línea serena y horizontal como laguna tiesa
en una tarde de verano, es un recodo cubierto de arbustos, donde me encuentro a
la vez que me vuelvo inaccesible: breves escrituras en un blog de poesía.
Y lo que no puedo resolver es si pretendo
ser invisible o visible en medio de esta cuestión, porque hay un nombre detrás,
y una historia acaso común, sin embargo el seudónimo de este personaje
conceptual me ha permitido cierta libertad a la hora de escribir, donde no tuve
necesidad de poner un freno de mano cuando intenté volcar por escrito mis impresiones,
es entonces cuando aparecen los cuestionamientos.
Alguna vez comenté que suelo realizar
construcciones para luego cuestionar la construcción, permanentemente esa
actitud me ha puesto en la situación de alguien que avanza y retrocede, ya sea
por la necesidad de ampliar conceptos como por las dudas existenciales en torno
a la imbricación de los mismos, así pasan los años, y parece mentira pero este
blog cumplirá 6 primaveras en unos meses, un tiempo donde las pequeñas
escrituras significaron una silenciosa compañía que mi reservado carácter tornaron
borrosamente apacibles.
Y lo que me inquieta es el alcance de
estos arrebatos. Hay un bosque ávido de ser interpretado, acaso deba sincerarme
y dar por cierto que las palabras no alcanzaron a discernir un plano donde el
poema simplemente ocurría, es sobre el dominio de conocimiento sobre lo que
pretendo discernir, reconociendo en el acto mis limitados esfuerzos por
comprender algo que se parece a la verdad y a la belleza, y que apenas puedo
nombrar sin dejar de sentir que todo me abruma y me calla: la poesía