sábado, 13 de junio de 2015

Los opuestos en el poema


Convertir las discordancias en entramados donde los opuestos se complementen, para dicha tarea se necesita una extraña conciencia crítica, una puerta al fondo del pasillo donde sea posible ver un jardín poblado de arborescencias -el viento que todo lo cruje- sin advertir las convenciones y las premisas. En esa tensión es posible asumir lo nuevo, especialmente la forma, y que esos entrecruzamientos habiliten la posibilidad de conjeturar un arraigo.
¿conjeturar o conjurar?
La idea de un arenero donde nuevas construcciones puedan ser dirimidas...

¿Puede la poesía, desde candentes periferias, avanzar bajo estructuras combinatorias?

Hacia allí discurro, en esta hora no tan severa, mientras creo dilucidar, con inusitado interés, sobre los ejercicios líricos y los ejes conceptuales de improbables teorías, y acaso siempre, las eventuales curvaturas del poema.

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