sábado, 5 de marzo de 2016

El estallido autobiográfico


El estallido autobiográfico...
Detrás mio cae un caracol en un vergel, el único sonido del atardecer.

Unas rosas chinas (rojas) se aplastan contra el techo, el poeta que mira a través de los diamantes, y con esos signos –barras inclinadas– representa la comedia de una mirada tridimensional.
¿caireles?
 –rescato al abominable Miller antes de reventar o la última ola escandinava de León Bloy
(cuando la escritura se convierte en un globo de cristal que el mero acto de escribir estalla en mil pedazos contra el suelo).

–de allí lo fragmentario, como avispas herrumbrosas en una tarde de verano– “amparado” en la idea que todo es poesía cuando solo somos sombras escuchando murmullos en un pasillo.
(esa costumbre de encerrarse en un cuarto con títeres, buscando secretos o junturas mal hechas), la luz del sol que se filtra en las gotas de rocío de la única ventana –la claridad de una sola casa– lo apacible que recubre la opacidad de un escritor, el poema que finalmente estalla –porque he decidido recogerlo, una a una, sus volutas de vidrio– la soledad que todo se traga.

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