Jarcias del único sostén,
entremedio de un pronunciamiento, donde disociar lo aparente.
Ahora las casas de verano se pueblan de josefinas en las hileras
verdes de musgo –los niños que trepan su infancia– hay pasillos enteros donde
las palabras tienen cielos grises que las cubren. Recuerdo flotar en las aguas
pardas, nadar al lado de un bote anaranjado, tiempo que me has de callar.
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