sábado, 2 de abril de 2016

Irse de sí mismo


Irse de sí mismo, sin saber que se sabe, huyendo hacia la alquimia de un verbo del cual desconocemos el predicado, una palabra cuyo referente dependa del contexto lingüístico, como los pronombres, revisar todo eso que parece decirse y que sin embargo se olvida.

Huir sin hallar un bosquejo donde encontrarse, hasta que te das cuenta que nadie puede huir de sí mismo, allí donde uno va, hay espejos que nos deforman la mirada, y silencios que resuenan en el viento que las casas despiden, los espacios que habitamos y que como esclavos recorrimos en aparente libertad, el futuro siempre delante, la sonrisa ingenua.

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