Creo que estos versos de Susana Thénon añoran algo semejante al preámbulo de Thomas Wolfe en la mirada del ángel “¡Oh fantasma perdido, batido por el viento, vuelve a nosotros!”, acaso un anhelo hacia el verdadero sentido de la literatura, de algún modo ambos dijeron lo mismo con distintas palabras, por más que los poemas hayan avanzado hacia otro contexto:
Cuándo
arderán los vientos
sepultados.
Por un momento intuyo que la poetisa pensó en la literatura, no solo la que ha creado, sino la que fue creada a través de la historia por quienes la precedieron, como Tomas Trastromer cuando habló de los vivos y los muertos, haciendo alusión a la historia de la literatura sueca, anunciando el bosque en movimiento.
De alguna manera, considero que estas líneas dejan al descubierto todo aquello que como poetas nos resignamos a callar, cada vez que pretendemos ubicar un problema de la literatura, la periferia que se hace visible, nos dice cuánto nos queda por recorrer.
El poema completo es este:
Cuándo dejará la luna
de preferir a esos pocos
que tanto a medianoche
como al alba
gritan su ardor sin freno.
Cuándo será definitivo
el derecho a soñarse
sin verificar números,
papeles rotos, sexos,
velocidad sin prisa de la sangre.
Cuándo morirá el cielo
-sus castigos-
y el rayo será un niño
entre las hojas.
Cuándo arderán los vientos
sepultados.
Susana Thénon
Habitante de la nada, 1959.
No hay comentarios:
Publicar un comentario