Un hombre viejo sostiene un globo en los pliegos de su infancia dormida, es esta una escena muda. Detrás pasan los carruajes y los perros, cruzando sin prisa una explanada desgastada por el tiempo.
Estuve pensando la eventual escritura de un quinto evangelio, me permito arrojar una remembranza, como si estuviera cubriéndola de la lluvia, es en un atardecer claro y luminoso, en el que veo a Jesús lavándose el pelo, recogiendo agua en una tinaja de barro cocido, agua clara y luminosa, como el atardecer.
esa película siempre termina con alguien recogiendo algo.
después
los años pasan, como un rumor de piedras que caen desde un peñasco. La penumbra
de un sombrero de paja que trepa hasta un molino. El silencio pintado de amarillo.