El desánimo que cuelga de la rama de la única hoja perlada, en el rocío del amanecer, a través del campo cubierto de escarcha, para darme cuenta, detenido a centímetros de la alambrada, en esta curva de la vida, que lo único que puedo ofrecer es el olvido.
Podría repetir exactamente la misma frase, pero con otro final: "que lo único que puedo ofrecer es no olvidar".
y bien sabemos que son dos cosas distintas.