viernes, 2 de agosto de 2024

La curvatura de los dulces campos

En tu pelo se deslizan las evanescentes plegarias de los colores atardecidos, parecen tender una manta en alguna línea temblorosa, la calma de una fogata lejana, sin saber quien estará cortando una ensalada con el mismo cuchillo que un fantasma clava en la tierra su espera sin rumbo.

el mundo suele terminar en esa parábola y en ese alguien que no es, el resplandor de un silencio que el fuego tranforma en una iridiscente conjetura, la curvatura de los dulces campos, plegado en amarillos designios, sobre una línea de algodoneros desprendidos de su tiempo. 



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