¿Por qué el seudónimo?
Tal vez porque esto que soy poco tiene que ver
con esto que soy, tal vez porque vivo una suerte de doble vida y no haya
razones para aclarar razones, para bosquejar algo impropio con un nombre y un
lugar, y una profesión que algún día saldrá a la luz, y no ser como los otros
que exponen certezas y fórmulas matemáticas de la felicidad, que citan a los
citados, que mutilan los versos musicales y al otro día celebran ser
mendigados.
A estas alturas tengo inciertas razones para nombrar lo que nombro. Todo me parece vano, siento compasión, me hago simbolizar por un dibujo sosteniendo un paraguas imposible, porque parece que estuviera bajo una lluvia del mundo, y que solo las poesías pueden mitigar tanto espanto, porque siempre habrá un lugar vacío en esta suerte de encuentro, pero también un corazón, al que elijo sostener en una mano, mientras escribo en esta noche tranquila, ofreciendo un acto sincero, como quien arroja bollitos de papel destinados a juntar hubiéramos, murmullos, flores, soles blancos, rojos y amarillos.
Cosas así…
Mejor no se hubiera podido decir. Y aún particularmente, todavía más allá incluso del seudónimo, está la sana costumbre de volverse un otro.
ResponderEliminarTodavía más que arrojar los bollitos de papel, a mí me gusta convertirme en uno. Si un día me conseguís por ahí regada, me harás el favor de lanzarme lejos, verdad?
Pero que sea lejos, Áureo, y si se puede muy alto. De pronto por extraña alquimia antes de tocar el suelo pueda quizá alcanzar la otredad de un pájaro y me vaya por allí cantando chogüí, chogüí, chogüí... como cuenta la leyenda guaraní...
Chandra, un poco de regreso y con un regalo que prometí hace tiempo (a veces, también, viajo desde la otredad de una tortuga, jeje).
Un beso!
Tal vez se trate de eso compañera, de arrojar lejos esto que somos, esto que no somos
ResponderEliminarme acuerdo ahora de un poema de Pedro Mairal "Quiero esa fe de los pájaros cuando se arrojan al aire."
gracias por la visita y por estas necesarias palabras...