martes, 10 de agosto de 2010

Lo que aparta

Enajenado desde lo desfasado, hurgando en recónditos donde evitar resquebrajarme, así van las cosas, si tuviera que apresarlo en un pensamiento escogería el de Rimbaud a propósito de su relación con la poesía: “ya no me ocupo de eso”, y si desde cierta periferia hay algo de eso, lo cierto es que las obligaciones laborales absorben hasta anestesiar los sentidos, y después quedan luces diáfanas en el retorno a casa, vemos algo que en el cotidiano camino resultaba indiferente, y muy probablemente el mundo que habite detrás de esas cosas no importen, pero dan prueba del cansancio con que descubrimos otra mirada, luego de haber estado haciendo aquello que solíamos criticar a los demás.

Siempre tuve conciencia del hombre-engranaje accionando poleas de la gran máquina, lo relativo-causal tornándose masa, único rostro, reloj de fábrica.

Los planos que se bifurcan, las secuencias sin componentes, los conceptos vacíos…

Siempre creí que lo inevitable alimenta con su urgencia esa especie de máscara sin rasgos en que termina convirtiéndose todo, y se anulan las imprevisiones, el juego de los contrarios, lo subjetivo y lo transversal.

Al final quedan las nimiedades, alguna que otra brisa, los bollitos de papel…

Como estos esbozos.

Probablemente haya que practicar aquello de la prepotencia del trabajo, como solía cultivar Roberto Arlt.

2 comentarios:

  1. Tuercas y tornillos

    Un despertar martillado entre relojes y sirenas
    van de nuevo a los porrazos los pobres pies fatigados
    y el comendador del tiempo cuenta gotas de minutos
    ¡Puras tuercas y tornillos!

    Una parca calesita de sombríos uniformes
    marchan reos de salarios tras sus dilatados sueños
    y el duende de los avaros cuenta gotas de monedas
    ¡Puras tuercas y tornillos!

    Un latir de marca-pasos gomina en el corazón
    muriática la mirada donde dejó un hueco el alma
    y el forense diagnostica que el cadáver hiede adentro
    ¡Puras tuercas y tornillos!

    Una vida en catalepsia respirar no es suficiente
    malversación de materia ocupar en vano espacios
    y la libertad es mentira de oferta en los anaqueles
    ¡Puras tuercas y tornillos!

    Este es un viejo poema mío, que le dejo mi estimado, por el placer de discurrir a nuestro modo sobre tales náuseas...

    Algo se padece en este darse cuenta de, y a veces hasta casi he llegado a envidiar esa cierta inconsciencia de algunos, que aunque en un tiempo critiqué, hoy reconozco como una dosis necesaria. Mire que si no, uno estalla...

    No se me olvida, por cierto. Este mes descorchamos el vino ;)

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  2. Hay como un tango en estos versos estimada, bonito modo de discurrir lo que simplemente pasa, con una mirada que sin dejar de ser atenta clava justo sus puñales.
    No me olvido del vino, a propósito ¿que sabor tendrá a la distancia, brindar con empatía, este acontecer de la palabra?
    gracias una vez más.

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