sábado, 21 de agosto de 2010

Una sombra y una idea

Hace unos días encontré unas cajas llenas de poemas, se me ocurrió en primera instancia un ejercicio catártico: desmenuzar esos manuscritos, trabajarlos en el blog, cultivar todos los matices del silencio, no sé si estoy preparado para eso.

Discurro entre las diferencias que pueden suscitarse entre la originalidad y la autenticidad. Prefiero embestir los textos y librarlos al azar, a un viento sin nombre, después de todo, los poemas dejan de pertenecernos apenas los arrojamos a los lobos, y yo apenas soy una sombra y una idea.

El problema es como desbrozo la otredad, cuando no hay un detrás.

Suelo bifurcar lo añorado, elevo dicotomías, y todo por ver embebidas mis encrucijadas, mis literarios entuertos.

Anochece, soy un guardián en la azotea, la noche es ahora la más encantadora de los jardines, y mi nostalgia debería tener alas.


2 comentarios:

  1. Una sombra, una idea... y a veces un espejo, o las alas mismas, más que la nostalgia...

    Hijo de la noche, hermano, en el misterio de su caja dejo beber a mis propias raíces.
    Saludos diurnos de un eco nocturnal.

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  2. Hijo de la noche...
    ojalá algún día merezca semejante elogio.
    Gracias por este saludo diurno que indudablemente guarda un eco nocturnal.
    que nos siga encontrando la palabra amiga...

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