jueves, 26 de agosto de 2010

Sobre algunas erráticas percepciones

Creo que cuando se habla de poetas “condenados” se vincula el adjetivo a una connotación perceptiva que diagrama sus ribetes desde orillas poco transitadas por el oficio de la escritura. Resulta un ejercicio ligero reducir a esa palabra un “estado” pretendidamente espurio del escritor en tanto salvaje, en tanto maldito. Buenos poetas han merecido el elogio sin que se haya bastardeado el concepto. Para algunos, la idea queda asociada al romántico miserable que clava sus puñales literarios desde una periferia, buscando describir cuán “profundo” ha descendido su alma, imbuida del pantano donde mendiga una suerte impropia, un devenir. Hay allí la constante descripción de una cáscara, una imagen del pensamiento buscando adscribir lápidas y moradas desgastadas entre glicinas, alguna que otra mirada perdida, alguna que otra ensoñación.

En verdad prefiero la paradoja de la abstracción, donde discurre lo que no se añora.

4 comentarios:

  1. Un cliché, una moda frecuente, la máscara con que a veces se pretende trajear el espacio de una propia intensidad. Perturba la ficticia elecuencia de la superficialidad, pero también he llegado a conocer a auténticos condenados que encuentran en la palabra una pequeña rendija, la única tal vez.
    Me gusta este delinineamiento de la paradoja. Es menos etiqueta y más comprensión de los sustratos indefinidos, informes, de la psiquis. Lo cual no le resta tampoco a lo salvaje, ni a lo maldito... circunscribiendo esto último a la esencia conceptual y filosófica del simbolismo, aunque esté tan malamente manoseado...

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  2. eso creo amiga, que en muchos casos hay acercamientos desde factores perceptivos o sentimentales que trivializan lo oculto, y ofrecen un despojo, una cáscara de lo que se encuentra detrás. Cierto es que hay condenados, y me interesa este rescate de la esencia conceptual y filosófica del simbolismo, hay allí un jardín donde me gustaría quedarme.
    Por cierto, celebro su pensamiento, esta suerte de espiral hacia lo que se intenta desbrozar.
    Pocas veces se justifica tanto un espacio de reflexión.
    Abrazo y hasta pronto amiga...

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  3. Mire Áureo, pasar a leer su blog, dejarle alguna nota, viene representando para mí el equivalente de pasar a saludar a un amigo (me lo imagino como el depositario de alguna exquisita librería de viejo, de esas solitarias y tranquilas en algún callejón por el que poca gente pasa), al que le llevo un café y saca un par de sillitas para sentarnos un rato a divagar en la entrada mientras conversamos de todo y de nada, mirando todo y nada ir y venir por esas calles...
    jejeje, mi mente es fantasiosa, algo alucinada a veces, y disfruto estas cosas como se disfruta lo más grande en cualquier rincón abandonado del mundo, pero nunca de Dios... (y considere Usted que soy librepensadora, arreligiosa, torpemente panteísta a ratos y confusamente mística -o algo así-, por lo que mi Dios puede ser cualquier cosa, pero es una "cualquier cosa" sagrada y que respeto sinceramente...).
    Un abrazo enorme, desde todas mis yo y en nombre de todos mis Dioses... ;)

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  4. Creo imaginar este blog si tuviera que representarlo de alguna manera, sería más bien un callejón con poca gente, probablemente una ventana enrejada con una maceta de flores rojas, y en la vereda un par de sillas viejas, un vino oscuro y una mesa verde, y gustoso compartiría una copa, como esta visita que cada tanto me hace.
    y ya que hablamos de creencias y de dioses, Creo que creo en lo que creo que no creo. Y creo que no creo en lo que creo que creo , tal como lo dijo Oliverio Girondo, eso creo...

    otro abrazo estimada.

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