sábado, 11 de agosto de 2012

Fulgor...



Multipliquemos esto por varios años, y el resultado es un deteriorado manuscrito de signos ilegibles, donde se escribe sin lapicera los actos de cada día, en cada una de esas celdas hubo un amanecer al costado del pavimento, en cada raya vertical unos minutos de soledad acompañado de un café en la ventana, en cada tachadura el enésimo mensaje inútil.

Es una parte de mi vidita ilusa, mientras llueve y parece que por una vez, soy el áureo espantajo.

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