sábado, 19 de octubre de 2013

Adagio...

He aquí un poema, el que una vez leí a Sábato en su casa de Santos Lugares, cuando me dijo  que los versos estaban bien estructurados, allá lejos y hace tiempo, el único poema que aprendí a recitar de memoria...
Simplemente me permito una digresión. El texto es de fines de los 90 y se titula adagio...

Vivo adornando mi lápida
Como un recluso adormecido
Elevado en piélagos hacia el mar.

Del pájaro vencido
Que aún exorna palideces de neón.

Alcanzando las nubes
Hasta llorosos anemocordios
En lenta cofradía hacia el abismo.

Despertando en la cumbre
De algún reciclaje
Y ser polvo de este hastío.

Un muro de huesos que pronto callarán
Sangrando pétalos en el río
Rogando por otra tumba bajo un martirio de arcilla.

Un llanto eterno
De cicatrices en el alma que la piedad labriega
Azotando en la urdimbre un sepulcro de plegarias.

Despertaré ebrio de palomas bajo la muerte del crepúsculo
Y me encerraré desnudo en la cárcel del mañana.

Y no claudicaré ante los ángeles venidos de la aurora
Mi dolor será de espinas
Y mi recuerdo, un salmo póstumo y un canto de remembranza.

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