sábado, 12 de octubre de 2013

El problema de la escritura

Dice el pintor MarxRothko “Pobre el hombre que hoy debe crear en el interior de un mundo que no tiene siquiera una bolsa de silencio”.
Ese silencio mientras ocurre lo creado, producto del cuestionamiento hacia la construcción que se ha urdido. Tensar los límites de la estructura para indagar una suerte de segunda naturaleza de lo subsumido en el poema. Ya Baudelaire pregonaba la necesaria importancia del aspecto analítico del poeta sobre la consecuencia de su poesía. Un ejercicio poderoso, que necesita silencio, un silencio que a veces hay que producir.

Se trata de pasar un tiempo con un problema, el problema que involuntariamente puede plantear una escritura, allí también se trata de una decisión. Entonces se abren algunos caminos, tal vez paralelos.

A veces suelen ocurrir poemas verticales, luego las correcciones lo tornan arborescente. Las multiplicidades expanden sus esquirlas, de esos colgajos de palabras surgen fulgores, cuyas dilucilaciones resultan atrapadas en bosquejos de ensayos que intentan, vanamente, "explicar" lo acontecido.

Desbrozar las imbricaciones de un problema...una tarea cuya obliteración genera un espacio de tensión que es preciso resolver.

Así, el arte ocurre, ahora es preciso entender el porqué de las líneas veteadas que se pierden en el cuarzo sin partir. Lo que es necesario devanar, es el alarido en la tela desgarrada, el plano de todos los planos, acaso una nueva construcción.

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