El sol se posa tibio sobre los jardines cuidados. Algunos
loros se desprenden de los árboles de aceitunas. Comulgan en un trino, bajo una
espesura sin sombra, acaso breves circunstancias del día despoblado. El viento
urde la posibilidad de un devenir, como si arrojara pájaros mientras se aleja
entre zambullidas, entonces llega mi hijo diciéndome que las brujas hacen
una sopa de murciélagos, y que luego le agregan en las ollas gusanos con olor a
pescado, agua de sapo y lagartijas, y después algunas calabazas con azúcar de
veneno y abejas que pican, lo dice convencido, y no tengo más remedio que
creerle.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario