sábado, 15 de marzo de 2014

Interrupción...

El sol se posa tibio sobre los jardines cuidados. Algunos loros se desprenden de los árboles de aceitunas. Comulgan en un trino, bajo una espesura sin sombra, acaso breves circunstancias del día despoblado. El viento urde la posibilidad de un devenir, como si arrojara pájaros mientras se aleja entre zambullidas, entonces llega mi hijo diciéndome que las brujas hacen una sopa de murciélagos, y que luego le agregan en las ollas gusanos con olor a pescado, agua de sapo y lagartijas, y después algunas calabazas con azúcar de veneno y abejas que pican, lo dice convencido, y no tengo más remedio que creerle.

Y entonces ya no quedan loros en el jardín, y no recuerdo a que se debía que “el viento urde la posibilidad de un devenir, como si arrojara pájaros mientras se aleja entre zambullidas” o algo así.

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