Me sigue interesando poder desbalancear una construcción -arbórea o lineal- para alterar el orden de la sucesión de una trama, un ejercicio de suspensión que en el poema puede permitir la asociación del don de la invisibilidad con el corte de un plano habilitado por la ausencia.
Si
multiplicáramos el recurso, tendríamos un modo de problematizar el deshabitado
alcance de una secuencia.
Ese
cielo a medio hacer, a un costado de la conjetura, sin darme cuenta de los
colores y las formas.
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