Alguna vez Tomasín, el legendario baterista de Reynols, mientras hablaba de plantas con un amigo, dijo que deberíamos sembrar pies para que crezcan voces.
Quisiera ir hacia esa polifónica sincronía,
atravesar todos los planos posibles, todos los conceptos apenas cultivados, y
entre los hierbajos de mil colores y los murmullos ineludibles, encontrar la conjetura.
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