Octavio Paz aseveró, tiempo atrás, que la
memoria propiciaba la "consagración del instante", plena
observación de un hecho subjetivo que busca, tal vez inconscientemente,
consumar lo que deviene en tanto acto creativo, en tanto acontecer.
La materia fluctúa, tras lo creado, en un
signo compuesto de palabras, en un plano instaurado donde la voz del poeta
intentará luego sobrevolar lo diagramado, intentando con el acto facilitar una
reflexión de lo ocurrido.
Lo que la opacidad del instante genera, cuando es consagrado a través de la poesía, es una evidencia del filo irredento que subsume detrás de cada cosa, inmaterialidad frecuentemente adjetivada bajo los aparentes ornamentos de la belleza. Lo que se licua, en esa idea que se pierde bajo la noción de abundante naturaleza, probablemente sea una hilatura hacia el origen de una pregunta que se formula con el silencio.
MAgico, pero...¿la divinidad que te une los huesos es la misma que la que te los separa?
ResponderEliminarAbrazo!
Estimado
ResponderEliminarSerá como escribió Benedetti? siempre se trata del mismo hilo?
abruma saberlo
un abrazo y gracias...