sábado, 14 de septiembre de 2013

La poca memoria...

Me desperté pensando, en medio de la noche, en algo que tenía que escribir. Ahora no lo recuerdo. Debe ser similar a cuando un músico tiene un acorde en la mente y no cuenta con un instrumento para fijar ese vértigo, luego se despierta y no recuerda lo que había escuchado. Acto seguido ocurren otras entelequias, bloques de relatos se dispersan, atravesándose en registros paralelos, en irrealidades enfrentadas, plano con plano, sin que tengan mucha relación o sentido. Luego todo pasa, aparecen algunas nubes, los laberintos parecen rectangulares, los perros aúllan y la noche se corre como quien despeja una habitación llena de cortinas. Aún falta para el amanecer, la lumbre tenue del alba, que todavía no existe, nos recuerda nuestra propia finitud.

El rol inacabado de otro día en el mundo.

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