La imagen corresponde a su último deseo, sus cenizas arrojadas desde un puente, rodeado de una profunda naturaleza, y del amor de su familia.
Cenizas de un poeta que parecen querer abrazar el aire mientras se marcha volando...
Debajo
Crujen las cartas que nunca te escribí.
Matan al perro
en mi memoria siempre.
¿Quién le da de comer? Una
Anticipación de la mañana
Talla tu rostro en mí. Respirás
a mi lado. En los agujeros
de lo que toca vivir hay
la marea del tiempo, lleva
dolores a su basura inútil. El sudor
del pasado golpea
su páramo roto, la
vida continua, los
pensamientos con plomo debajo
amortecer
El uso del querer enfría
la salvación del rubor. Números
cuentan que parentelas duras
anuncian muerte y se pierden
en verdores de la cama caliente.
Tesoros invisibles caen
de las desgracias del amor crecido.
Brotan en la unidad de su pasión
y anuncian campos de donde vela
lo que agoniza para dar
su rosa otra que no muere.
Los bloques de la noche recorren
Lo que siempre recorren y
el mundo es errancia del mundo
en el ser como paja liviana
que el instante devora.
Baile
De la cintura bajan
Arrabales de adentro
como impaciencias del amor.
¿Qué es esa moneda
que tu bailar acuña?
En la colina del deseo
sobra el sol.
Seguridad es tu hermosura,
bella que el tiempo apagás
en laberintos de Eros donde
es triste el que no sabe.
Amarte es preciso, vivir no.