Escuchar una música lejana, como cajita ofreciendo destellos
cristálicos, de los castratos apoyados en columnas de mármol, cantando de fondo
-o musitando- mientras los bardos recitan, algo parecido a la redundancia, o
tal vez los pajes, entremedio de una levedad -el
rictus severo, las orejas puntiagudas- quietos como estatuas,
mientras los pintan con un horizonte de fondo -un horizonte medieval-, bufones
con medias a cuadros, los gorros rojos, sentados en círculo -siempre detrás
una niña trenzándose el pelo- la secuencia que dura lo que un suspiro, sin
doncellas ni arpas bellas -el verde césped, los blancos caballos- solo la
cajita de cristal y el tiempo detenido, cuando los mitos todavía no
existían, cuando todas las verdades podían escucharse.
sábado, 30 de mayo de 2015
sábado, 23 de mayo de 2015
domingo, 17 de mayo de 2015
La vida plena
Sostener la pulsión, una línea finita, hasta
extenderla en un murmuro que no es, una prolongación de la agonía, la sincronía
horizontal de las alternancias, el mismo tronco, la misma tesitura. Después
vienen las combinaciones, códigos cifrados, como los tambores en épocas
pretéritas, las campanas que ya no suenan en las iglesias.
sábado, 9 de mayo de 2015
Pasajero
Ayer tomé un tren que terminó pasando por
una estación conocida, la misma que recorrí durante algunos años de mi pasado,
y debo decir que en un momento imaginé que iban a entrar fantasmas, y que no
tendría pretextos para evitar tener que conversar. Vi al joven que subía todos
los sábados al mismo andén, con su mochila cargada de carpetas, pensando que
tenía tiempo para divagar, o que tal vez no entendía el sentido del tiempo, lo
vi sentarse de cara al sol, pensando que la vida no tenía porque reducirse a
compartimientos estancos, donde los fulgores no pudieran ser lacerados, donde
las familias se desperdigaban en el silencio de un gesto cansado, el tren era
el mismo pero los rostros parecían curtidos por la destemplanza.
Luego, en el subte, una sombra negra me
llamó la atención, era un hombre con los ojos como ascuas, en un estado de
infierno absoluto, subió con sus harapos repartiendo papeles de diarios
recortados, el papel era como un mensaje sin palabras, había que darle algo a
cambio, y me pareció terrible la bolsa que llevaba en su mano, con restos de
fideos que alguien arrojó, y que la sombra llevaba envuelta y aplastada, fideos
fríos manchados de tuco que seguramente formarían parte de su cena, me costó
entender si esa sombra era visible, o si todo fue algo que nunca ocurrió.
Luego lo de siempre, personas que detrás
de una cuerda de colores intentan convencer que la vida no es tan dura, a
veces lo logran, pero nadie les cree.
domingo, 3 de mayo de 2015
Interpretando interpretaciones
El poema circunscrito a una verdad, hollado por escarpadas cuestas, las
mismas que en círculos concéntricos dirimieron la longitud de una teología, un
plano transitado entre la hierba tibia, bajo los puentes cubiertos de flores
blancas. Tensar una disociación, es a veces lo que discurre en el poema no
nacido, abrazar lo clarividente cuando apenas hay palabras entre los cántaros
vacíos, el paso firme, la hora quieta, lo desbrozado que irrumpe entre la
vigilia del horadado crepúsculo, porque siempre será necesario salvar la
belleza, profanando los vericuetos de lo ocurrido, la luna llena en el patio de
la infancia, una fruta de hierro para servir en la mesa, y acaso dirimir lo que
no puede ser nombrado.
Voy hacia los páramos, he guardado con palabras esta memoria cubierta de arena, el poema sepultado con hojas de palmera, la leche que bebemos en los campos amarillos, los versos concatenados donde nacen los improperios que acaso justifican la hora yerta, hacia allí avanzo, adherido de escamas, en nombre de algo que no conozco, lo previo a lo que se urde, soslayar el tiempo fatuo donde los desbrozamientos reverberan ideas delante de los versos, es allí el problema de la creación, interpretar interpretaciones, cuando aún el verso quema en la memoria de una sentencia, avanzando hacia la nada, porque solo queda ver, aquello por lo que fuimos condenados.
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