Intento una apropiación fragmentaria de un enunciado incompleto, el interés por la deformidad del yo, tomar en un plano esas dos palabras, para experimentar en la primera persona del singular, un modo de subrayar lo incompleto del devenir, en esa sombra que se desarticula en el mismo momento que se pronuncia, y se extiende, hasta límites acaso inaprensibles.
En el
medio de esa alegoría, incluí la palabra jacinto pero sin que sea una flor en
el poema, sin ningún tipo de color ni textura, solo el sonido de algo que cubre
el texto como si fuera una niebla suspendida en el agua, y luego enumeré un
conjunto de frases en donde el objeto a pulir solo aparezca en el título,
porque la obra impar, cuando se desguaza por dentro, se puebla de razones que
no merecen ser aplicadas en el texto bajo un concepto enciclopédico.
Estas
iridiscencias, desconectadas de su centro, surgieron de una lectura de poesía
en un colectivo, a cierta hora de un oscuro atardecer, sobre un tal Frank O'
Hara, poeta contemporáneo de los beatniks que ocupó un lugar en la bohemia
neoyorquina, aquí el poema:
Por qué
no soy pintor
No soy
pintor, soy un poeta.
¿Por
qué? Creo que preferiría
ser
pintor, pero no lo soy. Pues bien,
por
ejemplo, Mike Goldberg
está
empezando una pintura. Y cuando llego
me dice:
"Toma asiento y bebe un trago".
lo bebo;
bebemos. Levanto la mirada.
"Le
has puesto SARDINAS".
"Sí,
necesitaba algo ahí".
"Oh".
Me voy y los días se van
y yo
regreso otra vez. La pintura
avanza,
y yo avanzo y los días
avanzan.
Y yo vuelvo. La pintura
está
terminada. "¿Dónde están las SARDINAS?"
Lo único
que queda
son
letras. "Era demasiado" dice Mike.
¿Pero
yo? Un día estoy pensando
en un
color: naranja. Escribo una línea
acerca
del naranja. Muy pronto se convierte
en un
montón de páginas, no líneas.
Luego
otra página. Debería haber
mucho
más, no sobre el naranja, de
palabras,
de cuán terrible es el naranja
y la
vida. Los días pasan. Está
en prosa
inclusive, soy un verdadero poeta. Mi poema
está
concluido y no he mencionado
al
naranja todavía. Son doce poemas, lo
llamo
"NARANJAS". Y una mañana en una galería
veo la
pintura de Mike llamada "SARDINAS".
Fuente: Revista "Las ranas. Arte, Ensayo y Traducción". Año II,
Nº 2, abril de 2006.
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