Fabián Casas se encuentra diciendo estas
palabras mientras transita en un puente de su escritura:
“Tensar los poemas como en una catástrofe se ha convertido ahora en mi segunda naturaleza”.
Que es algo así como arrancarle el hilo a la poesía, que surja lo que deba surgir, caminar sin red por el entramado del poema, o como dice el poeta “si voy a escribir algo que sé que lo estoy escribiendo porque soy mirado, termino sacándolo. Prefiero poner algo que me dé vergüenza, que sea imperfecto sintácticamente, pero que sea real”.
Esto viene a cuento por la mirada reflexiva del escritor con respecto a la poesía de los 90’, aquella "pulsión de contemporaneidad" vivenciada desde la lectura y la devoción a consagrados poetas como Giannuzzi, Girri, Gelman, Zelarayán y Leónidas Lamborghini entre otros. Los espacios virtuales han hecho su aporte a esa observación que suele provocar una limitación, y para lo cual queda como opción refugiarse en la lectura y discusión de poemas en círculos reducidos.
Por último, una observación del poeta, harto comprobable para quienes visitamos blogs de poesía: el escribir “para la tribuna” dejando de lado las verdades propias vaya a saberse si por temor o conveniencia.
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Por mi parte, elijo como despedida esta respuesta que me dejó pensando:
–Sí, tal vez un escritor debería construir una obra como se construye un mueble.