viernes, 28 de mayo de 2010

Modos de construir poesía

Fabián Casas se encuentra diciendo estas palabras mientras transita en un puente de su escritura:

 “Tensar los poemas como en una catástrofe se ha convertido ahora en mi segunda naturaleza”.

Que es algo así como arrancarle el hilo a la poesía, que surja lo que deba surgir, caminar sin red por el entramado del poema, o como dice el poeta “si voy a escribir algo que sé que lo estoy escribiendo porque soy mirado, termino sacándolo. Prefiero poner algo que me dé vergüenza, que sea imperfecto sintácticamente, pero que sea real”.

Esto viene a cuento por la mirada reflexiva del escritor con respecto a la poesía de los 90’, aquella "pulsión de contemporaneidad" vivenciada desde la lectura y la devoción a consagrados poetas como Giannuzzi, Girri, Gelman, Zelarayán y Leónidas Lamborghini entre otros. Los espacios virtuales han hecho su aporte a esa observación que suele provocar una limitación, y para lo cual queda como opción refugiarse en la lectura y discusión de poemas en círculos reducidos.

Por último, una observación del poeta, harto comprobable para quienes visitamos blogs de poesía: el escribir “para la tribuna” dejando de lado las verdades propias vaya a saberse si por temor o conveniencia.

Para leer la nota completa vayan a este enlace.

Por mi parte, elijo como despedida esta respuesta que me dejó pensando:

–Sí, tal vez un escritor debería construir una obra como se construye un mueble.


domingo, 23 de mayo de 2010

La representación de las ideas

Cualquiera que haga algún tipo de trabajo artístico en su vida se dará cuenta de que cuando llega a cierta edad se pregunta cada vez con más frecuencia si tiene algo adicional para ofrecer. Requiere tiempo y energía ingresar a un mundo desconocido, ver las cosas con ojos diferentes. Desde mi punto de vista, tiene sentido permanecer allí una vez entro en ese mundo, porque me gusta. No hay misterio…

Esto lo dijo un actor de cine, Daniel Day Lewis, pero no puedo evitar trasladarlo a estos espacios, donde se intenta construir apreciaciones en torno al acto de creación literaria.

Aquello que vamos acumulando con el paso del tiempo: lecturas, ideas, teorías, soledades, apuntes y quien sabe que más.

¿Cómo se supone que debe representarse el acto creativo?

¿Desde la complejidad de un frondoso laberinto de ideas?

¿Desde la sencillez más pura y despojada?

¿Qué se supone que es el concepto cuando se está en un promontorio del pensamiento?

¿Cómo abordarlo?

¿Bajo qué parámetros?

¿Socavar lo socavado desde aquello frecuentemente habitado?

¿Volver a la fuente y pensar lo recorrido desde otra mirada?

Uno se pregunta si lo realizado ha tenido mérito, mismo desde este lugar, un blog un tanto descuidado bajo una lluvia del mundo.

Honestamente, entre nosotros, no tengo la respuesta.


jueves, 20 de mayo de 2010

Aquello...

Las oportunidades perdidas, porque no fuimos lo que debimos ser, por que callamos cuando debimos gritar, por apagar los volcanes de la discordia, aquellos días de escrituras automáticas, y estar siempre callado escuchando los chillidos de los pájaros proféticos, aquellos que se posaron en los tejados de los círculos literarios y vomitaron con desdén toda la cordura, todas las falsas teorías, todas las inútiles presunciones...

Así fue que, empantanando aguas, nos convertimos en puentes, y el poema se tornó inhabitado. La belleza pasó a ser parte de un diccionario, nada nuevo bajo el sol.

Vi esquivas mis frecuentadas conjeturas, no más que una realidad irresuelta, un desvarío que balbucea su hora confusa, un jardín descuidado, un pensamiento fosilizado desde una periferia, cizañas que han crecido como hojas de zapallos, las teorías abrazadas y nunca comprendidas.

y entonces decir, acodado en una barra, mientras la noche es otra y la lira enmudece, que después de esto no hay nada.


jueves, 13 de mayo de 2010

Un día en la Feria del Libro

Una máquina que funciona a monedas escupe libros en la Feria del Libro. Cada uno se lleva su talismán. Los que parecer pertenecer a una cadena de supermercados, reponen lo que falta reponer.

Todos contentos.

La Feria ya es una industria cultural, en esta oportunidad se le han sumado algunas estridencias, simbolizadas en carteles luminosos con alusión al Bicentenario, gigantografías varias y granaderos de la casa rosada recorriendo los pasillos, los lectores hacen de cuenta que no lo saben, ellos pululan, husmean, mezclan y sopesan cada uno de aquellos extraños artefactos de la felicidad, los vendedores hacen descuentos en efectivo, ya es sábado, antepenúltimo día de este mega evento que invita a encontrarse a medida que se avanza, pude conseguir un libro de Gilles Deleuze, no pude llevar la antología poética de Nietzche, tampoco la de Susana Thenon  -algo así como la versión femenina de Oliverio Girondo-, encontré ejemplares de Marosa Di Giorgio, el arte callado de Joaquín Giannuzzi, poemas de Fogwill y de Diana Bellesi, compilaciones de Olga Orozco…y por tercera o cuarta vez consecutiva no pude conseguir una versión de las Mil y una noches en papel biblia, traducido por Rafael Cansinos Assens.

No alcanzaron los colores para clarificar lo profuso, ni que aquello sirva de guía al náufrago desesperado, como un ciego guiando a los ciegos.

El mundo era un mercado luminoso, y yo hurgando en lo que parecía inerme, como paseando una nostalgia inadecuada, con mi sombra invisible.

Y fue tanto el temor de la sed, que caminé sin rumbo,

y entre los pasillos, me perdí.


jueves, 6 de mayo de 2010

Sobre los poetas y las menciones ilustres

Los poetas avanzan por sus obras y se sostienen en las exaltaciones que otros hacen de su recorrido, siempre el final se descubre que alguien transitó mucho el improperio de la palabra, y acaso una infeliz ambivalencia, la sombra andrajosa es embadurnada con un rostro de bronce, como si su empantanada existencia necesitara, por designio de aquellos que emprenden lo que no recorren,  escrutar un destino con letras de oro, puro como leche, amparado en la dulcísima voz de un quebranto, un suave acontecer en la mirada, y un andar áureo, medido sin tiempo, inmaculado…

Pero no, la realidad suele ser otra, la realidad es que, bajo la púrpura y la mitra del título otorgado, el poeta recoge su hambre y su angustia de mañana, y entonces aquello que ve, no es otra cosa que la marquesina de lo alejado –lo alejado de sí- que otros han edificado con su extravío, y desordenadamente, enciende una lámpara y aúlla el temor de su sed, arroja sus volcanes, come de sus mendrugos hasta extasiarse y dejarse vencer por el sueño. Un sueño compasivo con una mirada indulgente.

Al amanecer, el ciudadano ilustre, hurgará un pan duro y guardará su mención en el cajón más oscuro.


lunes, 3 de mayo de 2010

Sobre la búsqueda de poesía en los blogs

“Siempre he tenido la impresión de que el hecho mismo de ponerme a escribir significaba de alguna manera una tentativa de contacto, no con personas definidas, no con lectores definidos, probablemente conmigo mismo o con una realidad ajena y exterior con la que se busca precisamente el contacto para que llegue a ser un poco menos ajena y exterior...

...Sobre todo porque quisiera sentirme un poco como si estuviera en la misma habitación donde usted oye ahora este disco, y cuando digo usted, usted no existe para mí, y sin embargo vaya si existe porque...usted y yo somos este encuentro desde tiempos y espacios distintos, una anulación de esos tiempos y esos espacios y eso es siempre la palabra y la poesía... digamos entonces que estamos juntos…"

Estas reflexiones las ofreció hace algún tiempo Julio Cortázar, y no varía demasiado el paralelo que podamos trazar con los blogs y las escrituras que se leen y que se habitan en tiempos y espacios diferentes. Habla de un eventual contacto, ínfimo, improbable, entre los que escriben y aquellos destinados a comprender sus símbolos, a tomarlos como propios…

No deja de inquietarme esa extraña concatenación que suelen ofrecer aquellas sombras ligadas por una significación estética de la palabra, como así tampoco las eventualidades suscitadas según los tópicos planteados.

Inmensas serpientes azules y verdes suelen nacer de estas elucubraciones.

Después el monstruo deja de crecer, y con sus mendrugos hacen poemas los poetas.

Esos ladrones de fuego...

Dejo aquí un poema del gran Julio, especial para traductores...

" Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias."