domingo, 23 de mayo de 2010

La representación de las ideas

Cualquiera que haga algún tipo de trabajo artístico en su vida se dará cuenta de que cuando llega a cierta edad se pregunta cada vez con más frecuencia si tiene algo adicional para ofrecer. Requiere tiempo y energía ingresar a un mundo desconocido, ver las cosas con ojos diferentes. Desde mi punto de vista, tiene sentido permanecer allí una vez entro en ese mundo, porque me gusta. No hay misterio…

Esto lo dijo un actor de cine, Daniel Day Lewis, pero no puedo evitar trasladarlo a estos espacios, donde se intenta construir apreciaciones en torno al acto de creación literaria.

Aquello que vamos acumulando con el paso del tiempo: lecturas, ideas, teorías, soledades, apuntes y quien sabe que más.

¿Cómo se supone que debe representarse el acto creativo?

¿Desde la complejidad de un frondoso laberinto de ideas?

¿Desde la sencillez más pura y despojada?

¿Qué se supone que es el concepto cuando se está en un promontorio del pensamiento?

¿Cómo abordarlo?

¿Bajo qué parámetros?

¿Socavar lo socavado desde aquello frecuentemente habitado?

¿Volver a la fuente y pensar lo recorrido desde otra mirada?

Uno se pregunta si lo realizado ha tenido mérito, mismo desde este lugar, un blog un tanto descuidado bajo una lluvia del mundo.

Honestamente, entre nosotros, no tengo la respuesta.


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