sábado, 9 de octubre de 2010

La resonancia de la palabra

Decir algo más de lo que el hecho es en sí mismo.

Significarlo desde la abstracción. Ovillarlo desde la evidencia lineal, allí donde se sobrevuela el contexto del poema. Alcanzar las antípodas de los surcos antiguamente trazados. Volver sobre lo que se ha visto. Desmenuzar lo escandido, lo conjeturado, lo revelado.

Recrear la captura de los vértigos y los fulgores. Beber nuevamente de los viñedos. Perder nuevamente los sentidos…

Nunca será el mismo poema. Seguramente causará desasosiego, tener que ser al otro día, la consecuencia de una hilatura, que apenas ovilla lo que somos en este instante.

Encontrar la palabra, de la que somos hacedores y atavíos.

La doliente y necesaria palabra.


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