miércoles, 23 de febrero de 2011

Sobre la soledad y las escrituras dispersas

La soledad hollando toda transversalidad como un mundo ajeno, el adjetivo (o sustantivo), no es incongruente, el mundo pasa a ser ajeno cuando la inconexión abruma, aquella maraña de actos accionados por inercia, donde renunciamos a nuestro acto por carecer de voluntad, incluso de valentía, para ir más allá y hacer de nuestro tiempo un incierto tiempo literario. Probablemente una respuesta al desvelo serían las escrituras automáticas, esa suerte de abstracción que guarda sus tribulaciones melancólicas encriptadas en ejercicios matemáticos dispersos.

Creo que todo poeta escribe su desasosiego en textos que pueden prescindir de cierta construcción poética, desbrozando amargamente un discurrir de sus percepciones y sensaciones, de allí a que esas iluminaciones se publiquen hay un trecho, o una brecha. Tal vez podamos hablar, como mero ejercicio oculto, de extravíos inconscientes, a los que el paso del tiempo arrojará sus propias estructuras, sus propios matices, el fondo y la forma de lo desvelado.

Comúnmente (en ciertos poetas), las percepciones afectivas se adhieren al entramado de la prosa, alejándolo de la diagramación estética, hay allí relámpagos, irrupciones, desarticulaciones, que quizás con el paso del tiempo cobren un cuerpo, una forma socavada, un hilo desvaído cerrando el flamígero poema. Pero como evitar la triste y larga canción, aquella que nunca quisimos que termine, aquella que siempre queremos volver a escuchar.

Así nos detenga ante un piélago siempre difuso y distante.

De estas sinrazones estoy constituido.


2 comentarios:

  1. En lo difuso se haya al poeta, en lo disidente exclama su sentir, y solo él conoce a la musa que le susurra sensaciones para plasmarlas en letras. Letras estas, que limitan sus lenguaje al convencionalismo exitente. Pero allí, cuando quien lee sus lineas, puede interpretar el firmamento de sus emociones, entonces en cópula perfecta se tocan las almas; la del poeta y la de quien le ha desundado su mente.

    Una disertación hermosa y profunda que vale la pena divulgar.

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  2. Estimado
    Le agradezco el comentario, no deja de ser este un acto sincero, vaya a saberse adonde nos lleva la palabra, porque apenas podemos apresarla y darle un rumbo tal vez esquivo.
    Saludos.

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