Estoy leyendo el Anticristo de Friedrich Nietzche, veo un sendero del
entendimiento que se escurre, cuyo vínculo es la necesidad de instaurar una fe,
el porqué se desnaturaliza una noción de Dios, convirtiéndose en concepto de
una supuesta ley moral ¿Qué hay detrás de todo esto?
Apartando los lineamientos de las creencias religiosas ¿no existe acaso un hábil posicionamiento en la significación del pecado?, el orden se
trastoca y con el, toda semántica pierde sustancia. El Dios justo de un pueblo
oprimido termina siendo un dios condicionado, que ya no escucha, ni ampara.
Se subvierten los valores, en aras de un único valor,
determinado por quienes ungen, con perturbadora inocencia, los preceptos de la
verdad y las buenas costumbres. De allí en adelante, nace una pirámide. Se
piensa a partir de esto, como si se trataran de piedras enquistadas en las
catedrales de la razón, en cuyos subterfugios habita la idea del pecado como
instrumento de poder y sumisión.
Estado de cosas donde alguien determina el territorio, eso que
llaman “el reino de Dios”.
Desprecio, profanación, alimento y subsistencia. Sobre estos
términos arrojó su desdén el filósofo alemán. Llevo hacia graneros abandonados
lo que creo entender del asunto.
Dios establecido como concepto de ley para construir sentido
normativo desde espacios de poder.
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