Que
sea pura desmesura compactada.
Armada la cabeza a ras del piso.
Macizo, la piel gruesa, un poco cosa:
una forma monstruosa de belleza.
Armada la cabeza a ras del piso.
Macizo, la piel gruesa, un poco cosa:
una forma monstruosa de belleza.
Mucho,
inquietante, gris blindado.
Potente, amontonado hacia delante.
Monte indolente. Así: rinoceronte.
Potente, amontonado hacia delante.
Monte indolente. Así: rinoceronte.
Así, de Alejandro Crotto
Un
poema breve, pertenece al segundo libro de Alejandro Crotto, Chesterton, el
autor utiliza apenas siete versos para ilustrar con delicadeza la descripción
de un animal excesivo, que tiene tanto de mitológico como de zoológico. Al
final lo nombra, y es el recurso más sencillo para significar la belleza de una
bestia maciza, monstruosa, inquietante...
Hace
unos años, Diana Bellesi (quien deseaba para sus propios poemas simpleza y
hondura), opinaba de la emoción particular que le produjo la lectura del primer
libro de Alejandro Crotto, Abejas. Allí exclamaba con justa razón lo
siguiente:
Su
erudición y su memoria me parecieron inconmensurables. También su candidez. Si
ésta prima sobre aquéllas, salvando el corazón y la cabeza, Alejandro Crotto
será un gran poeta.
Coincido
plenamente, no solo por la variedad de recursos estilísticos y líricos del que
se vale Alejandro para imitar los actos de la naturaleza, sino también por los
estudios literarios a los que se abocó siendo muy joven, incluyendo el
ejercicio de la traducción.
Se
trata de un poeta que escribe poesías, una emoción particular que genera la
tranquila lectura de sus versos, como un vaivén donde las palabras se
balancean, revelando lo que parece diminuto, acaso un titilar incandescente,
algo que se aleja entre la espesura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario