jueves, 20 de junio de 2013

El breve poema...


Que sea pura desmesura compactada.
Armada la cabeza a ras del piso.
Macizo, la piel gruesa, un poco cosa:
una forma monstruosa de belleza.
Mucho, inquietante, gris blindado.
Potente, amontonado hacia delante.
Monte indolente. Así: rinoceronte.

Así,  de Alejandro Crotto

Un poema breve, pertenece al segundo libro de Alejandro Crotto, Chesterton, el autor utiliza apenas siete versos para ilustrar con delicadeza la descripción de un animal excesivo, que tiene tanto de mitológico como de zoológico. Al final lo nombra, y es el recurso más sencillo para significar la belleza de una bestia maciza, monstruosa, inquietante...

Hace unos años, Diana Bellesi (quien deseaba para sus propios poemas simpleza y hondura), opinaba de la emoción particular que le produjo la lectura del primer libro de Alejandro Crotto, Abejas. Allí exclamaba con justa razón lo siguiente:
Su erudición y su memoria me parecieron inconmensurables. También su candidez. Si ésta prima sobre aquéllas, salvando el corazón y la cabeza, Alejandro Crotto será un gran poeta.

Coincido plenamente, no solo por la variedad de recursos estilísticos y líricos del que se vale Alejandro para imitar los actos de la naturaleza, sino también por los estudios literarios a los que se abocó siendo muy joven, incluyendo el ejercicio de la traducción.

Se trata de un poeta que escribe poesías, una emoción particular que genera la tranquila lectura de sus versos, como un vaivén donde las palabras se balancean, revelando lo que parece diminuto, acaso un titilar incandescente, algo que se aleja entre la espesura.

Como decía Bellesi, es fácil decir de un libro de poemas que es bueno y hermoso; es difícil explicar por qué. Ojalá estas líneas inviten a leerlo sin preguntarse nada, en la eucaristía del lector con el poema...

No hay comentarios:

Publicar un comentario