martes, 6 de octubre de 2009

Añoranzas

Cuántas veces el poema debía concluir al final de la hoja mecanografiada.

Horas y horas golpeando las teclas en la cinta carbónica, corriendo la hoja hacia arriba y hacia la izquierda, escribiendo hasta rellenar el silencio, dando forma a lo que tenía forma, alguna que otra lobreguez, algún que otro trago en la noche sin luna.

El blog recrea un poco aquella atmósfera, atisbos nocturnos donde discurre lo impensado, en cierto modo las computadoras han venido a reemplazar aquellas viejas máquinas de escribir, aquellas resmas de papel A4.

Ahora no tengo más que la luz de la pantalla, una certidumbre de saber que alguien está despierto, que mañana será otro día.

Leo esto, de Juan Gelman, antes de irme a dormir…

Amarte es esto:

Una palabra que está por decir

Un arbolito sin hojas

Que da sombra


2 comentarios:

  1. Mi estimado y áureo amigo, lamentablemente he seguido escasa de tiempo, pero en este breve paso al escaneo visual encuentro mucho de nuevo y de bueno.
    Unas pocas lunas más y ya me detendré nuevamente en sus predios tan bien labrados. Para entonces llevaré el presente ofrecido al encuentro de nuestras dos tribus, y acaso podamos compartir un casabe y un yopo por la palabra.
    Le dejo ahora un saludo y un abrazo, contando con que este valorado blog continuará aquí mismo, contando primaveras.

    Chandra Nadi.

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  2. Estimada amiga
    Le agrego un vino tinto por la palabra, que por cierto tan buen uso hace, y bienvenidos sean los nuevos tragos cuando se comparten.
    Abrazos.

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