sábado, 1 de enero de 2011

Seis mil millones


Si fuera cantante me hubiera gustado interpretar esta canción, y tal vez lo haya hecho, con esa misma voz, con esa misma mirada al vacío, en algún recóndito calmo de mis adolescentes sueños.
Creo que el mundo necesita canciones de cuna, donde mecernos en alguna infancia, para recordarnos íntegros, cristalinos, conscientes.
Es como la pelota arrojada de Dylan Thomas, aquella que no ha tocado el suelo.
Una de esas cosas que de vez en cuando nos motivan a reflexionarnos, a buscarnos entre el devenir de las esenciales razones.

Solos, y a la vez acompañados.
Uno y el universo.
Como cuando miramos el nocturno cielo estrellado, buscando aquello perdido, aquello encontrado, desangelados de tanto callar lo que ignoramos.

Seis mil millones de almas buscando algún consuelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario